El amor según “Lydia”.

Lydia suele hacer muy buenos comentarios en algunas entradas, así que cuando decidí que los domingos tenían que escribir otras personas me vino a la cabeza y se lo dije. Lo mejor de Lydia es que no se llama Lydia así que si os enamoráis de su forma de escribir no la podéis buscar. Os dejo el texto:

Siempre he pensado que había tres fases en eso de llegar a querer a alguien. Puede que suene demasiado racional. Habrá mucha gente que crea que el amor es un “súbito arranque” que pasa sin razón aparente y que es ahí donde está la gracia. Yo siempre he pensado que se conjugan una parte racional y otra irracional. Querer a alguien “porque sí” nunca me ha convencido demasiado.

La primera es la Fase Genital: Atracción física. Deseo. Capricho sexual. Vemos de esa persona lo más superficial. El envoltorio. Y nos atrae por ello. No hay más donde rascar. Creo que esta es condición necesaria para llegar a sentir amor por alguien, pero no suficiente.

La segunda Fase es el Enamoramiento: Conocido por todos. Es la explosión química por excelencia. Es una energía que te recorre de arriba abajo. Mariposas en el estómago, temblor en el cuerpo, aturdimiento ante esa persona. Esta etapa es la que más engancha. Todo el mundo se vuelve loco por sentir, por experimentar las sensaciones, las emociones que conlleva el enamoramiento. Es la verdadera droga del amor. Te hace perder el juicio a ratos. El que se encuentra en este punto tiene los ojos vendados. De ahí la expresión, “el amor es ciego”. Mentira. El enamoramiento es ciego. El Amor no.

La tercera Fase es la fase de Amar: Caracterizada por la razón. Sí, por la razón. Ah, pero ¿hay algo de razón en el amor? Yo creo que en el de verdad sí.Yo hablaría de valores. De que los primeros puestos de nuestra escala de valores los posee la persona a la que queremos. Hay valores de todo tipo, y por ello hay amores de todo tipo también. Aquí es cuando diría dime quién te gusta y te diré quién eres.Esta fase se caracteriza porque como esa persona posee valores que admiramos, la admiramos a ella. Y de admirarla, surge un “querer parecernos”. Cuidado, no quiero decir que amemos (amor de pareja) a todas las personas a las que nos queremos parecer. Pero sí nos querremos parecer a la persona que amamos, si la amamos de veras. Querer parecerse a alguien no significa “imitarla” ni “copiarla”. Sólo significa que esa persona, según nuestro juicio posee virtudes que alabamos. Algunas podemos tenerlas nosotros también, otras no.

Esta fase es sin duda, la fase superlativa del Amor. La persona que quiere de este modo sabe enumerar los motivos por los que lo hace. Esos motivos son cualidades intrínsecas. Amamos la persona y la persona no va a cambiar. Por eso, esa clase de amor tampoco cambiará. Podrá desaparecer la atracción sexual, podrá desaparecer el enamoramiento, toda la adrenalina que genera éste, y las mariposas en el estómago. Se nos caerá la venda de los ojos. Y desaparecerá también esa energía, ese subidón que nos embota la cabeza y nos vuelve locos. Todo eso va a desaparecer. Seguro. Sólo es cuestión de tiempo. Pero lo que no se esfuma es algo que está fundamentado. Algo que tiene razón de ser.

Muchas personas sufren primero la atracción física y luego un enamoramiento. Comienzan una relación….Y resulta que la persona que hemos elegido no posee las cualidades que yo admiro, por tanto, no llego a querer parecerme a esa persona, no llego a admirarla profundamente, a sentir un gran respeto, no llego a quererla de esa manera….Con el paso del tiempo desaparece el enamoramiento y todos sus síntomas, y entonces dices “Es que ya no te quiero como antes” “Es que ya no estoy enamorada de ti” Claro que no. Porque el motivo que te hacía estar enamorada de esa persona era el huracán de emociones que te hacía sentir. Era la fase del enamoramiento. Era un chute de adrenalina que te ponía a mil. Y cuando desapareció la droga….Crees que ha desaparecido el amor. Ya no estás enamorada. Cierto. Pero es que nunca le quisiste realmente. En el fondo te estabas queriendo a ti misma. Estabas queriendo todo lo que tú experimentabas. La otra persona simplemente era un objeto decorativo. Pudo ser Juan, pero lo mismo podría haber sido Pedro. No había algo ÚNICO en esa persona…

El enamoramiento es, además de una de las mejores experiencias de la vida, una de las más egoístas. Te quiero PARA MÍ. Te quiero AHORA. Me importa mucho más MI sensación por tenerte que el hecho de hacer algo por TI. Te quiero hoy pero si me pides esperar hasta pasado mañana pues no te aseguro nada.

Resumiendo, para materializar todo este sermón, diría que la primera fase es la de “Gatear”, todo lo sentimos con el tacto, cuando somos niños todo lo percibimos a través de los sentidos. La segunda fase, la de “Andar”, está al alcance de todo el mundo. Con los pies en la tierra, ¿quién no ha sentido un enamoramiento alguna vez? Y la tercera fase, la de “Volar”. Todo se ve desde otra perspectiva. Lo que antes parecía de tamaño normal, ahora nos parece muy pequeño, casi minúsculo. Nos preguntamos cómo hemos podido permanecer tanto tiempo simplemente a cuatro patas, o a dos…Cuando había tanto más que descubrir…

Habrá personas que pasen por la primera fase y por la segunda, y que no lleguen a la tercera. Les desaparecerá ese “amor” (Enamoramiento), pero serán conformistas y pensarán que eso es lo que le sucede a todo el mundo. Están a gusto con su pareja, y deciden no moverse de ahí. No se cuestionarán si admiran o no a esa persona, si hacerla feliz, les hace felices a ellos…Seguirán juntos. Y probablemente serán felices. Probablemente serán felices porque cuando uno nunca ha volado, se conforma con andar.

#GRATITUD