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'El año de Saeko' de Kyoichi Katayama

Publicado el 12 septiembre 2011 por Carol
'El año de Saeko' de Kyoichi Katayama
Título: El año de Saeko (Funadomari made)
Autor: Kyoichi KatayamaEditorial: Alfaguara (marzo 2011)Año de publicación: 2006Páginas: 248
Precio: 17 euros 
Si habéis leído Un grito de amor desde el centro del mundo, no lo toméis como medida para saber si El año de Saeko, la nueva novela de Kyoichi Katayama, os gustará o no. Son radicalmente diferentes, no tienen absolutamente nada que ver. Y eso a mi me ha gustado. Que un autor no repita una fórmula que le dio tanto éxito, convirtiéndose inmediatamente en un bestseller, tanto en Japón como en el resto del mundo, es una decisión valiente y arriesgada, que no todos los autores se atreven a tomar. Kyoichi Katayama lo ha hecho. El año de Saeko es una novela extraña, muy difícil de reseñar, llena de poesía y de una calma pausada de la que sólo los autores japoneses saben dotar a sus novelas sin aburrirnos. La trama se desliza lentamente, sin grandes acontecimientos hasta la mitad del libro, en el que una revelación insólita hace que cambie el significado de todo lo que hemos leído hasta el momento. Es por eso que tampoco puedo desvelar mucho del argumento. 
 'El año de Saeko' de Kyoichi Katayama Kyoichi Katayama
La novela nos cuenta el día a día de Shun'ichi, un programador informático al que le gusta fotografiar gatos, y su mujer Saeko, quien se encarga de reponer tres máquinas expendedoras de tabaco y café que hay junto a su casa. Se conocieron siendo vecinos, al enamorarse Shun'ichi del llanto de Saeko, a la que oía llorar todas las noches. Ahora Saeko está embarazada y sus vidas discurren con una cotidianeidad y calma totales, no se relacionan mucho con otras personas, y dedican su tiempo libre a estar juntos, pasear, cenar en casa, hablar... Sin embargo, hay algo oculto en esa calma aparente, algo que puede desestabilizar a la pareja y a todo su mundo, algo que cambiará a los personajes y a su manera de enfrentarse a lo que les rodea. El año de Saeko es una novela de una belleza tremenda, pero no la belleza de otros autores que miran al exterior, a la belleza de los paisajes y creaciones humanas de Japón, sino la belleza que nace del interior del ser humano, capaz de sobreponerse a lo peor, y de conseguir a través del amor superar cualquier obstáculo. Las reflexiones de Suni'chi, de una gran profundidad, sobre la vida, el ser humano, la espiritualidad, la locura, la vida y la muerte, son lo mejor del libro.
"Aquella serena estabilidad, que se sustentaba en la confianza mutua y en el amor, iluminaba sus días con una suave luz neblinosa, pero, al mismo tiempo, conllevaba el hastío de unos seres que están viviendo la vida que sigue al fin de algo.".
"¿Qué es un matrimonio? ¿Y qué son los hijos para una pareja? Un hombre y una mujer se encuentran y engendran un hijo. Este hijo, que es una parte de los padres, el fruto de su unión, ve la luz en este mundo como un ser que vivirá de forma separada. El amor desinteresado que comparten ambos progenitores por su hijo va reforzando su unión. Este retrato de la pareja y de la familia es falso e inútil. Nada funciona según los ideales, según los plane.s Ni siquiera las palabras "fortuna" o "destino" tienen otro sentido que conectar con la luz y la sombra del hombre. Uno acepta las circunstancias que le han sido asignadas por el karma o por el destino, y va tirando, tal como puede, allá donde se encuentra. ¿No tendríamos que pensar que es en esta reiteración donde se halla entretejida, entre apretados pliegues, una pequeña y humilde felicidad?"
El final del libro ambiguo y abierto a más no poder, nos lleva a dos posibles interpretaciones totalmente contrapuestas, un nuevo comienzo o el final de todo, a gusto del lector. Como conocéis mi naturaleza dada al fatalismo, me decanto por el fin de todo, y el final más triste que podáis imaginar.
*** ¿Qué os parece la nueva imagen del blog? Como ya avisé, he dado un cambio radical. Quería alejarme un poco de las plantillas estandarizadas y crear una cabecera reconocible y solo mía, que no pueda confundirse con otro blog. Para el diseño me he decantado por los tonos claros y el minimalismo y, aunque ya son pequeños detalles, aún me quedan algunas cosas que cambiar. Para la cabecera he escogido unas flores de sakura (flor del cerezo japonés) porque son mis favoritas y como claro homenaje a la cultura y literatura que tanto me fascina de Japón. Si tenéis cualquier sugerencia o idea me encantará que las compartáis conmigo.

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