El árbol de la vida. Por: Alfredo Abrisqueta

El árbol de la vida. Análisis y reflexiones.


Hoy me gustaría hacer honor a una obra de arte, una obra maestra sin igual. Esta vez no se trata del arte tradicional, sino de aquel que llaman "el séptimo". Una obra tan odiada como amada, odiada por no entender, amada por comprender cuán desconcertante pueden llegar a ser las ideas de última instancia, o de primera, como diría Aristóteles. Una obra filosófica a través de las imágenes de Emmanuel Lubezki, la música de Alexandre Desplat y el visionario y artista creador Terrence Malick.
La unión de cada elemento glorioso ha permitido ilustrar que el cine puede llegar a ser algo increíble y magnífico. Solamente en las manos de aquel artista virtuoso e innovador y desinteresado por el ámbito comercial, puede crear obras de arte.
La reflexión que intentaré explicar de la mejor forma posible lleva incubando bastantes días. Al igual que la lectura de una gran novela, un gran ensayo filosófico por ejemplo, o político y también científico, deja en el alma de aquel lector la inquietud para la reflexión, puedo decir con certeza absoluta, que tras ver la obra cinematográfica de Malick me ha dejado en el estado descrito anteriormente, ansioso e inquieto, inspirado y conmovido, eufórico y vivo.
Dejando pues a un lado las sensaciones y las alabanzas, y sin entrar en una sinopsis del film, pues esa es la tarea del cinéfilo, comenzaré proponiendo ver un fragmento, nada más y nada menos que las hermosas imágenes que invocan la sensación estética de lo sublime, entendiendolo como el sentimiento de la grandeza del universo frente a nuestra insignificante existencia. Sin duda alguna nada más ver las imágenes de este fragmento os sentiréis tal y como describo, aunque es más difícil sentirse de la manera expuesta si no se ha visto antes la obra entera. Así pues, y sin ánimo de lucro, recomiendo encarecidamente aprovechar las instalaciones de los cines para gozar plenamente.

Gracias al telescopio "Hubble" hemos podido cotillear más allá de nuestras fronteras terrestres, penetrando la mirada curiosa del hombre hacia la grandiosidad del universo, hacia lo extraño y lo sublime. Al igual que la sensación que tiene un astrónomo cuando va a explorar el universo, Malick ha querido dejar claro que merecemos sentir lo mismo que el astrónomo. Sin embargo, además del ámbito estético, esconde tras de sí un claro mensaje, un referente hacia una idea o varias. Las imágenes son ambiciosas pues pretenden abarcar la historia del pensamiento humano en relación a la ontología y la metafísica. ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos?.
El contexto del fragmento visual sin ánimo de contar la película, se encuentra en la reflexión del artista sobre la esencia de la vida, la belleza misteriosa de la naturaleza, y la condición humana, todo encuadrado con la idea de Dios. Aunque la visión de Malick tenga cierta tonalidad religiosa no deja en cambio, al espectador, el espacio para reflexionar desde el punto de vista que desee. Sin embargo es bastante oportuno y provechoso admirar la reflexión visual del artista, no en vano, teniendo presente su currículum filosófico para entender mejor su visión.
¿Qué es la vida? Esta cuestión es planteada en forma de metáfora y siempre en contraposición a la muerte. Es de hecho cuando los protagonistas se plantean por el sentido y esencia de la vida cuando la muerte se presenta en su propia morada, en su propia familia. Es curioso ver y sentir la necesidad de plantearse la vida en contraposición con la muerte, y más curioso aún cuando las raices de esta visión se encuentra en el pensamiento griego antíguo. Un ejemplo de ello, podemos verlo en los diálogos de Platón, en especial "El Fedón" cuando Sócrates, en las horas previas para cumplir su condena de muerte, intenta demostrar la existencia de otra vida más allá de la nuestra para consolar a sus discípulos, justificar sus buenas acciones, y porque no, y aprovechando, para darnos lecciones morales.
Sin embargo el autor, a pesar de su visión religiosa, parte de principios científicos y filosóficos. Me explico, tras la creación del universo, Malick sigue con la creación de la vida en la Tierra, a través de la idea del charco caliente como caldo de cultivo de aminoácidos esenciales que formaron la primera célula aún sin explicación de cómo sucedió. Dicha idea ya fue propuesta por Charles Darwin y fue tomada por la biología moderna como paradigma a seguir. Es evidente que la visión religiosa del artista no parte pues del cristianismo, aunque sí es cierto que agarra bien las ideas de amor y compasión que definen vagamente al cristianismo. A grandes rasgos podríamos definir la visión de Malick como panteísta. No obstante, seguimos sin saber qué es la vida. Y sintiendo defraudar al lector, seguirá sin saberlo.
No obstante existen científicos que se plantean la vida de otra forma diferente, por suerte publiqué en el blog una conferencia sobre lo último que se está investigando en química, esto es, la evolución de la materia inerte. Aquí dejo el enlace y mientras nosotros, seguiremos reflexionando...
Por otra parte se han dado muchas interpretaciones filosóficas y religiosas sobre el origen de la vida y su misteriosa naturaleza. Tenemos por ejemplo la reflexion de "El Fílósofo" (Aristóteles) así denominado durante la larga Edad Media. Para Aristóteles el alma era el principio de la vida, es decir, el alma es la causa por la cual un cuerpo tiene vida. No en vano, dicha concepción ya proviene de sus ancestros. Sin embargo, dicha concepción es cuestionada hoy día, ya que no sabemos qué es el alma y si existe o no existe. Hoy día el alma es sinónimo de mente, desterrando toda la concepción cristiana sobre dicho concepto, mal entendido, por cierto, por dicha concepción, ya que Aristóteles era biólogo y la concepción del alma que tenía era muy distinta de la visión religiosa cristiana, un ejemplo de ello podemos encontrarlo en la naturaleza inmortal atribuida por la religión, aunque mucho antes por la corriente filosófica llamada neoplatonismo, platonismo y la propia filosofía de Platón, sin olvidar por ello las raíces religiosas y culturales judías.
Podemos ver en el mundo de Malick un plano metafísico donde las almas se encuentran, y además, la pre-existencia de las mismas, ya que en este poema visual se puede apreciar cómo cobran la vida terrenal a través de la metáfora, muy particular por cierto, de entrar en el mar de la vida que desemboca en el mundo terrenal, en especial, en una sala blanquecina de un hospital.
No deja de ser un recurso para expresar el misterio de la vida, su origen y su final desde un punto de vista metafísico y filosófico, pues podemos rastrear en el pensamiento de Platón y muy en especial en el orfismo dicha concepción.
Siguiendo en la misma línea, me gustaría destacar la grandiosa habilidad de Malick de interpretar la vida desde el punto de vista científico y metafísico como una relación entre causa y efecto de una forma tan natural y hermosa que deja a uno perplejo por las imágenes que está viendo. Como dije antes, el panteísmo es el eje central sobre el cual se mueve dicha obra y así como lo muestra Malick, ha de entenderse a Dios como concepto panteísta y no como concepto cristiano. Es decir, la totalidad del universo, la energía, la materia. la vida en sus diferentes fases de la evolución, forman parte de la naturaleza de Dios. Es decir, no es Dios el creador y la naturaleza tanto inerte como viviente representada en sus múltiples fuerzas, la creación. Sino más bien, dicha creación es el ser de Dios, dicha totalidad es Dios. De ahí que parezca para algunos que no entendieron bien el mensaje de Malick, que piensen en una visión cristiana. Como el Muro de Berlín derribado, derriba Malick la barrera que establece la concepción cristiana de un Dios creador y la criatura creada, siendo Dios presentado como tres personalidades distintas, Dios como el padre creador, como el hijo, y como el Espíritu Santo.
Pero, ¿qué es del hombre en la reflexión de Malick? ¿Qué papel interpreta en su visión? Sin salirnos de la visión panteísta del autor, el papel del hombre se detiene en su naturaleza cultural y animal. Animal que representa al ser más evolucionado capaz de entender a Dios como parte de sí mismo y de la totalidad. Como ser cultural establece, primero, una dura crítica hacia la forma de organización social basada en el capitalismo agresivo. Entendiendo a ésta última, como la parte inerte y muerta de la naturaleza del hombre, es decir, distingue a la naturaleza como la vida y el amor en contraposición a las formas de vida del hombre actual. No me dentendré en los detalles, pero sí que puedo decir que constantemente la película transmite la idea de un hombre "perdido" que vaga por el mundo creado por sí mismo, el cual está alejado y en contraposición con el mundo natural. Un mundo "muerto" en contraposición con el mundo natural, como "vivo". Pero no solamente el autor quería criticar esta parcela cultural del hombre, sino sus consecuencias. Entre ellas destaca frecuentemente y de forma muy profunda, el olvido de las raíces mismas del hombre que provienen de la naturaleza, simbolizado por los enormes rascacielos que rompen con toda forma natural. Pero aún hay más consecuencias que son la base de las críticas de este artista, una de ellas por ejemplo, la pérdida de los valores vitales y morales provocada por la fuerza que arrampla la forma social de vida humana.

Para concluir, el tema de la muerte, siempre presente, es profundizada a la vez que la idea de la vida. Al final, Malick nos deja el mensaje de que la muerte es inminente a toda forma natural viviente, pero que la única forma de cargar con ella "a las espaldas" es a través de los buenos recuerdos vividos, de ahí que analice con profundidad la infancia de los protagonistas simbolizado a través de la inocencia, como la vida más pura y natural que alcanza el hombre, y que, una vez adulto y maduro, vaga en el tiempo de forma muerta e inerte. Malick intenta dar la esperanza enseñando a todo el mundo que debemos aferrarnos a la vida y a los recuerdos intensos vividos, ya que solamente de esta forma, es como podemos fidelizarnos más con nuestras raíces naturales y sincronizarnos de nuevo con Dios y la vida, entendido una vez más, como la totalidad del universo. Así pues, al igual que la obra de Malick es una oda a la vida, mi reflexión pretende humildemente ser una "oda" en forma prosaica, a la obra de Terrence Malick.