Es uno de los árboles más emblemáticos de la flora macaronésica y uno de los componentes básicos de los maravillosos y paradisíacos bosques de laurisilva. En las Islas Canarias le llaman Til, Garoé, Árbol Santo y Árbol-fuente y su nombre científico, Ocotea foetens, nos recuerda que su madera, de muy buena calidad, no se puede trabajar cuando está fresca por su hedor insoportable (foetens = fétida). Una vez se ha secado, pierde el mal olor y es una madera muy bella, de un color amarillo verdoso, durísima y duradera, muy apreciada en ebanistería. A finales del siglo XVI se prohibió su exportación para evitar la tala masiva de este árbol imponente que puede alcanzar los 40 metros de altura. Pertenece a la família de las Lauraceae como el barbusano (Apollonias barbujana), el viñátigo (Persea indica) y el laurel canario (Laurus novocanariensis), todos ellos componentes esenciales de los bosques de Laurisilva macaronésica. Es endémico de las Islas Canarias y Madeira.
Los antiguos moradores de las Islas Canarias, los guanches, adoraban este árbol como a un dios. Hace cuatro siglos en la Isla del Hierro había un imponente garoé solitario con un tronco que superaba el metro y medio de diámetro y una grandiosa copa. Debido a la orientación N-NE y su situación elevada (unos mil metros sobre el nivel del mar), donde descargan los vientos alisios, cada día, cuando subía desde el mar la brisa marina cargada de humedad, las hojas de la gigantesca copa del árbol la captaban y destilaban, cayendo gota a gota como si fuese una verdadera lluvia, la llamada lluvia horizontal típica de toda la Macaronesia, un fenómeno que se repite en todas las cumbres de Canarias.
A este árbol mágico acudían los bimbaches, los habitantes de la pequeña isla y último punto de occidente conocido antes del descubrimiento de América, para llenar unos zorrones de agua que luego serían transportados a los poblados de todos los puntos de la isla.
Para recogerla excavaron a su alrededor pequeñas cisternas que prácticamente cada día se llenaban. Sin el agua de su estimado y adorado Árbol-fuente, su árbol santo, su dios, no hubieran podido sobrevivir, puesto que en esta isla la lluvia normal es escasísima.
Cuando los europeos invadieron las Islas Canarias y robaron a los guanches sus estimadas islas, la última en ser conquistada fue El Hierro. Los nativos de la pequeña isla sabían que los invasores no podrían sobrevivir sin agua. Guardaron reservas del preciado liquido y después llenaron de tierra las cisternas del garoé. Confiaban en esta carta para salir victoriosos, pero una muchacha bimbache, Agarfa, se enamoró de un invasor andaluz y le reveló el secreto del agua, justo cuando los europeos ya estaban desesperados de sed y se preparaban para abandonar la isla. Aquella traición fue la perdición para los bimbaches. Los invasores se apoderaron del árbol sagrado, vaciaron de tierra las cisternas que pronto estuvieron llenas de agua y a los nativos no les quedó más remedio que rendirse al conquistador Juan de Bethencourt, quien acto seguido, traicionando su palabra, capturó y esclavizó a Armiche, el mencey de la isla y con él todos a aquellos que lo seguían y defendían.
Como si los dioses de los aborígenes canarios quisieran castigar a los invasores, un día del año 1610 un viento huracanado arrancó de raíz el viejo garoé y los nuevos habitantes de la isla, mezclados ya con los pocos descendientes de los bimbaches, se quedaron sin su fuente de agua. Desesperados de sed mandaron una carta al Rey de España pidiendo ayuda, pero los peninsulares no entendieron las palabras que hablaban de un árbol sagrado, pensaron que no eran más que supersticiones y no hicieron caso de la carta. Esto provocó que muchos de ellos murieran de sed.
En 1949 se colocó un til en el emplazamiento original del Garoé, que ha ido creciendo con el paso del tiempo y actualmente se encuentra rodeado por musgo. Las nubes siguen chocando con las cumbres herreñas y en los días de niebla espesa se puede observar el fenómeno de la lluvia horizontal. Como ocurre con todas las leyendas, el Garoé ha quedado en la conciencia herreña como un árbol sagrado capaz de proveer de agua a la isla y como símbolo de salvación ante el peligro.
Incluso el escudo de El Hierro recoge un árbol con su copa rodeada de nubes del que caen gotas de agua.
Por todas esas características naturales y culturales, se ha aprobado como Espacio Natural Protegido el Paisaje de Ventejís, donde se encuentra el Garoé, con una superficie de 1.143,20 hectáreas, mediante la Ley 12/1994, de Espacios Naturales de Canarias, hoy derogada por quedar incorporada al Decreto Legislativo 1/2000, por el que se aprueba el Texto Refundido de las Leyes de Ordenación del Territorio y de Espacios Naturales, de Canarias, y tiene por finalidad la protección del carácter agropecuario del área libre de edificaciones.
La vegetación predominante en la zona es el pastizal con bosquetes de fayas y brezos. El área protegida comprende una muestra peculiar del paisaje agropecuario de la meseta de Nisdafe y una zona montañosa de lomas suaves, en las inmediaciones de Ventejís.
En 2010 el escritor canario Alberto Vázquez-Figueroa (1936-) publicó la obra Garoé, cuya trama se desarrolla en la Isla del Hierro, y que obtuvo el Premio de Novela Histórica Alfonso X El Sabio.
En el año 2010 se cumplieron 400 años de la caída de este mítico árbol, y entre los actos conmemorativos se inauguró el sendero La Ruta del Agua. Se trata de un sendero circular de 16 km de longitud, con salida desde San Andrés y con una duración aproximada de 6 horas. Ese mismo año, el escritor canario Alberto Vázquez-Figueroa (1936-) publicó la obra Garoé, cuya trama se desarrolla en la Isla del Hierro, y que obtuvo el Premio de Novela Histórica Alfonso X El Sabio 2010.
Los visitantes de El Hierro tienen una visita obligada a este mágico lugar, donde el turista estará en contacto con la naturaleza y aprenderá por qué los habitantes de esta isla tienen tanto respeto por la misma.
Para finalizar, les dejo un vídeo sobre la historia de este árbol de leyenda:
Más información sobre la novela de Vázquez-Figueroa: Garoé.
Fuentes: Blog Jardín-Mundani
Web oficial de turismo de la isla de El Hierro
Wikipedia