Esta pregunta la formuló un profesor del instituto de Arte donde estudié hace tiempo.
Y es que se escucha mucho sobre la libertad que te brinda el arte para expresarte, manifestar tus emociones y arriesgarte a aquello en lo que crees para vivir lejos de las ataduras sociales.
Pero… ¿El arte te libera?
Todavía me sigue calando hondo esa pregunta. Y más ahora, que llevo ya varios años lejos de ese mundillo artístico. Y es que la realidad te somete a sus duros golpes, donde debes hacer arte por y para una élite, un pueblo o un modo de pensar.
Y como sé que esa pregunta nunca obtendrá una respuesta satisfactoria, podría replantearla de otra forma:
El arte te libera… ¿De qué? ¿Qué es lo que exactamente te libera el arte?
La libertas es subjetiva. Lo que para algunos puede significar una cosa, para otros es otra cosa. Y es que, dentro de esa “libertad”, existen ciertas normas que no puedes romperlas porque pueden llevarte a terribles consecuencias.
El arte en sí es algo complejo y difícil de definir. Ante cada manifestación, cada razonamiento, cada pensamiento, se puede entrar en un bucle eterno donde todos podamos dar nuestros argumentos y nunca llegar a un acuerdo.
El arte es libertad, dicen. ¿Pero qué tipo de libertad? ¿Qué tipo de arte? ¿Qué se supone que significan esas palabras?
A medida que pasan los años, me queda cada vez menos claro esos cuestionamientos. Lo único que puedo asegurar es que cuando escribo un cuento, hago un dibujo o edito un video sin que sean encargados por alguien más, siento una sensación de bienestar similar al despeje. Mi mente es un torbellino de pensamientos y, hacer algo libre, me permite canalizarlos de algún modo.
Pero no sé si llamarlo a eso “libertad”. ¿O solo es un simple escape de la realidad?
Si el arte te libera, que te libere de tus propios miedos. También, que sea un proceso de retroalimentación mental para adquirir conocimientos y canalizarlos en tus propias obras. Las cadenas mentales son muy fuertes, pero no irrompibles. Poco a poco podrás deshacerte de ellas y volar bien lejos, aún si esto signifique trazar un destino incierto a este valle de espinas llamado Vida.