El autor levanta la voz

Publicado el 21 febrero 2012 por Pilarrojas

El 2 de mayo o la carga de los mamelucos. Francisco de Goya

Se han ido Escucho morir los pasos sobre la carretera les sigo

Me quedo parado como un tren en un túnel de hollín

Se diría una señal interminablemente en la noche que suena

Nadie nadie nadie

Me parece haber escuchado en alguna parte esta canción

Antigua antigua antigua

Aunque no se vea ni gota hay que tomar las cosas como son

Y nosotros a los veinte años delante de nosotros qué veíamos

de la carretera

Nosotros qué teníamos que decir al fin y al cabo

Escucho los pasos morir escucho

A lo lejos morir a los jóvenes

Desgraciadamente no es hablar por metáfora

Aquellos mismos que no mueren algo en ellos se apagó

Algo que se muere en ellos sin ni siquiera esperar a la mañana

Oh pálido cigarrillo de las palabras que estrellea un último

Esfuerzo

No hay sólo fuegos artificiales para quemarse los dedos

Primero uno se dice que es un juego nada es tan bonito como 

las llamas

Y como los demás primero se creía hacer lo que se debe

El diablo no devuelve su juventud a aquellos a quienes les 

robó el alma

Los que vuelven marchitos y los que no vuelven

Nosotros también aprendimos a los veinte años a marcar el 

Paso

Hay siempre para vosotros jóvenes una guerra adonde partir

Partir uno se dice es partir y poco importa cómo

Ya que tanto vivir o morir uno como otro no tiene sentido

Se trata de estar ebrio o correr por este mundo cruel y 

Demente

A mí la demencia en las palabras me parecía ahí

una inocencia

Y entiendo a los que se hacen una boca de oscuridad

Hoy son a su vez lo que fuimos ayer

Hay siempre para vosotros jóvenes una guerra adonde partir

De una vez sentir como nadando su locura

Ir hasta el final de su fuerza tan lejos como se pueda en el mar

Cómo uno descubre el placer cómo se hunde en él

y se olvida ahí

Hacer una vez más el amor aunque uno se muera por volver 

a hacerlo

Vergüenza para quien encuentra su límite a quien su límite 

Basta

Prudentemente quien retoma su apuesta y rechaza el desafío.

Hay siempre para vosotros jóvenes una guerra adonde partir

Todo era para vosotros una gran risa en el umbral de un país 

Desconocido

Llevabais en vosotros este poder que los ojos no pueden ver

Teníais la edad triunfante que marca todo con su pie desnudo

Este sol de dentro de vosotros a vuestros gestos ponía su

Gloria

Los muros se han hecho para saltarlos Nunca se corre lo

bastante lejos

Cuando uno rompe los espejos qué hermoso color tienen los 

Puños

Hay siempre para vosotros jóvenes una guerra adonde partir

Cuando viene el anochecer sobre vosotros con la memoria del 

día que ha sido

Que os sentáis pesadamente dentro de vuestras piernas sobre

la tierra

Esta arena en vuestra garganta ¿es acaso el orgullo de

vuestros rechazos?

Qué os da la mirada de los que prefieren callarse

¿Podéis hablar de otra cosa con este fusil en vuestras manos?

Alrededor vuestro la noche madura profundamente palabras

Humanas

Hay sin embargo siempre para vosotros una guerra adonde 

Partir

Primero uno se servía de las palabras como de los huevos los 

chorros de agua

Después han tomado en la palma de la mano un calor vivo

Nosotros también pensábamos que había que esperar

Doblegarse

Me acuerdo de otra guerra y he aquí la guerra siguiente

Y claro duele lo que encontramos parecido

Y que haya entre las cosas y las palabras ese lazo

Ensangrentado

Hay siempre para vosotros jóvenes una guerra adonde partir

El bien el mal quién ya no sabe distinguirlos se aturde

Si la guerra es el honor del hombre así como se decía antaño

Pesad vuestras palabras hombres que nacéis al hombre. Os lo

Digo

Bueno que la hagan pero que sea en honor suyo esta guerra

Que sea al menos una guerra vuestra Hijos de la Patria

Donde no se pueda entre la cosa y la palabra honor elegir

Hay siempre para vosotros jóvenes una guerra adonde partir

Hay un mundo por conquistar de otra manera que con el

Cañón

Un mundo donde tirar alegremente vuestro guante en la

Balanza

Un mundo donde se puede nombrar a todas las cosas por su 

Nombre

Hay un mundo a la medida del hombre y de su violencia

Donde todas las palabras del hombre entre la vida y la muerte 

Eligieron

Reclamo en este mundo el lugar de la poesía.

LOUIS ARAGON

Traducción: Claire Deloupy