El beso en la Luna: Montes Apeninos.

Publicado el 03 julio 2013 por Hugo Rep @HugoRep

Si hubiera que dar un premio a la formación más impresionante de la Luna, uno de los candidatos con más posibilidades sería la llamativa cadena montañosa de los Montes Apeninos, que incluso con telescopios pequeños, resulta extraordinaria, la altura de algunos de los picos supera los 5000 metros.

Esta cordillera abarca unos 600 km en la costa sudoriental del Mare Imbrium y es un espectáculo sobrecogedor cuando el terminador está en las cercanías del cráter Eratosthenes.

Su origen se remonta a hace 4.500 millones de años, con la creación de la cuenca del Mare Imbrium, el proyectil que formó la cuenca provocó la elevación de la corteza creando así la cadena montañosa.

Los astronautas del Apollo XV visitaron el borde nororiental de Palus Putredinis (seguramente la formación de más feo nombre de toda la Luna, Laguna de la Putrefacción, en español), en las inmediaciones de los Montes Apeninos. La zona del alunizaje está marcada en el mapa siguiente con una x roja.

El nombre de Montes Apeninos se lo dió el astrónomo polaco Jan Hewelcke (1611-1687), más conocido como Hevelius, uno de los más exhaustivos observadores lunares que propuso una nueva nomenclatura de la Luna de la que sólo se conservan seis nombres, siendo éste uno de ellos.

Hace unos 4.500 millones de años el Sistema Solar estaba en formación. Los jóvenes planetas que se iban originando en el proceso carecían de órbitas estables, pues estaban sometidos a fuerzas contrapuestas, y el galimatías resultante era descomunal.

El caos reinaba por doquier.

Así las cosas, las colisiones entre distintos astros eran el pan nuestro de cada día, y los más pequeños de estos astros se llevaban la peor parte, pero los mayores también sufrían las consecuencias.

Entre éstos, la Luna estaba sometida a un intenso bombardeo de asteroides y meteoritos que duró varios cientos de millones de años y que fue degradando su corteza original hasta hacerla desaparecer casi por completo. En su lugar, fueron apareciendo grandes cuencas de impacto que formaron lo que hoy conocemos como los mares lunares.

El más violento de todos estos impactos ha sido datado por los estudiosos con una antigüedad de 3.850 millones de años, y acabó con el llamado Periodo Nectárico (de Mare Nectaris), dando lugar a una nueva época selenológica que se llama Periodo Ímbrico. El objeto que causó la catástrofe tuvo que ser colosal, posiblemente con un diámetro superior al centenar de kilómetros, pues dio origen a la formación del mayor de todos los cráteres de la Luna, aunque la nomenclatura nos lo muestra como un mare y no como un cráter: Mare Imbrium, cuyo tamaño supera ampliamente los mil kilómetros de diámetro.

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