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El Blues del Aprendiz

Publicado el 20 mayo 2010 por Lacoleccionistadeespejos
El Blues del Aprendiz
**Jorge Arturo Venegas C
A él, no le conocí.
Sé que tenia muchas características comunes a otros seres humanos, pero que era más alto que la media, fue editor, ensayista y poeta con una visión de mundo muy cercana a lo que yo llamo, interioridades de la pluma; lo descubrí después...
La poesía para mi, es un Dios esquivo, y no hay mayor dolor que su ausencia... pero igual me hace falta su acoso. Es la dualidad del alma humana
Costa Rica es un país pequeño donde “ literariamente” todos nos conocemos, y sabemos muy bien que aplicar para bajar el piso de los demás a nuestro.nivel. Algunos caen en eso facilmente. No me gustaba mucho lo que me decían que era la personalidad de este autor, nunca me acerqué a él, no fue parte nunca de mi circulo de amigos, pero desde el primer libro suyo qiue leí, viví esperando su obra, por eso conocí bien su obra, porque me era inevitable,pensar que todo cuanto se escribe es igualmente un instinto para conquistar esta ansia incontenible...(Hacia la Historia del Alma, Maria Zambrano, Alarcón (Vélez-Málaga, España, 22 de abril de 1904–Madrid, 6 de febrero de 1991; filósofa y ensayista española, discípula del famoso filósofo, también español, José Ortega y Gasset.)

La poesía, lo que escriben otros, para mi es el “vecino” que tiene una ventana indiscreta que no sabe esrá ahí, con algún proposito oculto, al que nos gusta, al menos a mi, asomarnos para saber sus indiscresiones.

Siempre me ha llamado la atención la vida poética de los demás y la atracción que alguien puede sentir por la poesía; eso me anonada y me impresiona tanto que, sin querer queriendo llegué a la conclusión de que los términos cuanticoformes de su evolucion, es igual a hablar de trabajar en una mina de sal, y que en cuestión de poesía, no hay un trabajo más duro que penetrar en ella, aprender lo que me gusta, como tener buen sexo, no beberla ni nadar en ella, sino gustar de que te revuelque, azote en las orillas de la mar, sentir su densidad, si capacidad de resistencia, de permeabilidad y los tonos que toma según la distancia y los componentes emocionales que le damos para lograr expresarse, cultivarse, exacerbarse con palabras. Para mi eso es ser poeta. Para ser más franca, mientras otros piensan en la poesía de manera romanticona, en un diseño hecho para la conquista de seres cercanos, en una forma de imposición o de reconocimiento social que se estudia, yo pienso que es una recreación evolutiva que retoma las palabras y los sentimientos diversificando el mundo vivido, mostrando aquello que esta oculto, de paso, que nos lleve hacia algún punto, desde lo más profundo de nosotros hasta la intimidad de los objetos que adquieren otra realidad cuando los nombramos con la palabra poesía; acaso una especie de alquimia verbal, que es tan simple como la voluntad de seguir haciendo las cosas, pero sin embargo...¡con ella nada es fácil!...
Iba a divagar pero esta es una reflexión que intenta ser madura... siempre supe que es mejor, cuando hay que hablar de poesía, es siempre hablar de dos, y en ese caso es mejor empezar por uno mismo, como diría Shaquira. Ante textos como estos somos dos, el lector y el escritor, una pareja que se encuentra por primera vez, en mucho tiempo para recordar viejas cercanías y que leyendo poesía hecha con agua, luz, barro, sequedad y determinación, todos ellos elementos capaces de crear una obra cuya solidez se sustenta precisamente en lo sencillo del trazo; se consolida como lo mejor que tenemos para seguir juntos por el mismo camino, aunque quizás no con los mismos interes y saberes... ¿Qué vimos, cuando miramos por primera vez esa ventana alquilada que nos impató tanto? ¿A un hombre caminando bajo la lluvia con un paraguas con nombre de muchacho amable, mientras escucha el blues de uno que recién aprende sus primeras notas, pero por inconformidad con el maestro, o los padres se ha marchado de casa, y ensaya en cualquier esquina, intentando calentarse con la perrumbre que lo acompaña alrededor de una verde hoguera de la ilusiones propias de ausentes, alimento constante del correo del diablo de un país llena de gente que no puede entender, ni escuchar las aventuras de Liu Yuan?, no se los podré explicar con claridad. Es más, cuando lo pienso, de inmediato el gesto de la lectura adquiere una sutil importancia: había olvidado que una de las cosas de las que me siento afortunada, porque creo que fue suerte, es que tuve mucho contacto con la poesía gracias a los eventos de mi vida, a las lecturas que me asignaba mi maestro, y porque en mí siempre estuvo, y al igual que con Jorge Arturo, y muchos otros que nacen con ese don (y maldición), el acercamiento con la vida de la literatura se bifurcó en un camino solitario: si cruza una a la derecha, se entra por la vía de la narrativa, y quizás jamás llegaremos a pasar cerca del pequeño dios que vive del otro lado, en una casa alejada; queno sale de ahí, no por achacoso y mimado por sus instintos poéticos, sino simplemente porque disfruta del que lo busquen; y adoren como el ser supremo que es, y si no lo hacemos seremos tan solo uno más de los muchos que llegan al final para ser conocidos por su gracia, y no por su talento; refugiandónos en una esquina del todo distinta a rumiar nuestros males, sean estos éxitos o, desgracias. Yo tuve suerte; recorro los dos caminos, pues la poesía despertó cierto instinto, que apasiona y da razones para seguir frente a lo que sea, aunque otros digan que es un estilo que no corresponde a lo que vivimos o, necesitamos para ganar prestigio y dinero. Ninguna de las dos me hace falta. Escribo porque ese es mi origen. Así soy y nunca cambiaré de manera de pensar... sin embargo, creo entender ahora que en Jorge Arturo, el sentimiento complementario de todo buen poeta, la intuición que, el oculta bastante bien, es parte de sus opiniones, de su personalidad, de la razón que juega con sus emociones para hablar del tiempo y tipo de mundo en que vivió, más cómodo al escribir: el personal, donde la inmanencia que llega en cualquier momento, disfrazada de musa/o te obligar a detener lo que estés haciendo para escribir lo que luego se corrige con disciplina artesanal pobre, si se quiere, pero a la hora de la creación no hay mejor forma de pulir la palabra dada; comprometida con el ser y esencia del poeta...
Él murió hace unos días; no preciso cuando porque me enteré por casualidad. Su obra la seguiré leyendo en alguna parte de su ventana alquilada, mientras ve al hombre del paraguas llamado Adrián pasar una vez más bajo el blues de la lluvia; porque de esa forma de decir las cosas, han de vivir otros poetas...
Es todo lo que puedo decir.
Un espejo de tiempo y neblina para él, pues atravéz de él, exumé un viejo amor, que me gustá volver a tener: la pasión por la lectura...
Conocido poéticamente como Jorge Arturo, publicó: Se alquila esta ventana
(premio Juan Ramón Molina de poesía 1998, EDUCA 1989),
Un paraguas llamado Adrián (Ministerio de Educación, 1989),
El blues del aprendiz (EUCR, 1991),
Perrumbre (Editores Alambique, 1994),
La hoguera verde (Narrativa, Editores Alambique, 1998),
Los correos del diablo (Narrativa, Editores Alambique, 1999),
El país de los ausentes (Editores Alambique, 2002),
Las aventuras de Liu Yuan capitán de ultramar (Narrativa, Editores Alambique, 2004)
Para La Coleccionista de Espejos,
Dlia Mc Donald Woolery
Poeta y Escritora

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