Tras la muerte de todos sus seres queridos, Clara se traslada a un pequeño pueblo de Soria. Allí conocerá a un ángel solitario y enigmático que, como ella, huye de un pasado atormentado… A punto de cumplir los diecisiete años, el mundo de Clara se desmorona. Tras la muerte de su abuela -el último ser querido que le quedaba-, Clara se ve obligada a dejar Barcelona y reunirse con un tío lejano que reside en Abejar, un pequeño pueblo de la provincia de Soria. Apenas se conocen y no les une ningún lazo de consanguinidad, pero tendrán que convivir hasta que Clara cumpla los dieciocho años. Al llegar allí, Clara se da cuenta que su nueva vida lejos de la ciudad no va a ser fácil. Su tío Álvaro -un apicultor hosco y malhumorado- le brinda una fría acogida y le confiesa que “nunca se le han dado bien las personas”. A Clara no le resulta difícil convencerle para que le deje instalarse en un caserón aislado que es propiedad de la familia: necesita estar sola y nada le sentará mejor que empezar de cero en plena naturaleza. Pero desde el primer día en el caserón familiar empiezan a suceder cosas muy extrañas: ruidos misteriosos en una de las habitaciones de la casa, rostros que se asoman a las ventanas en plena noche... Sola en el bosque, Clara deberá enfrentarse a sus propios fantasmas mientras crece en ella una intuición certera: alguien la está observando desde muy, muy cerca... Y a pesar de la crudeza del lugar y del frío otoño, el corazón de Clara empezará a templarse con las cariñosas atenciones de Braulio, un joven veterinario. Sin embargo, no tardará en cruzarse en su camino un ángel misterioso y solitario que, como ella, huye de un pasado atormentado y se refugia en las profundidades del bosque…
Clara está a punto de cumplir diecisiete años y está sola en el mundo, su madre y su abuela, la han dejado sola con apenas un mes de diferencia. Ahora Clara tiene que dejar Barcelona y mudarse a un pequeño pueblo de Soria junto a un tío que ni conoce y que además no siente demasiada simpatía por ella. Como el sentimiento es mutuo Clara decidirá vivir en el viejo torreón propiedad de su familia, sola se enfrentará a una casa que esconde muchos secretos y a sus propios miedos...Pero, ¿estará sola mucho tiempo?
"Sentí su piel cálida y comprendí que sólo intentaba darme calor con su cuerpo. Me pareció un gesto demasiado íntimo y salvaje, más propio de animales que de personas que ni siquiera se conocen, pero lo cierto era que ya no estaba helada y había dejado de temblar de forma convulsiva"
Otro punto que me ha llamado la atención ha sido el lenguaje natural y sin artificios con el que la autora cuenta ciertos momentos que la literatura juvenil, se empeña en ignorar o en pasar por ellos a la carrera, tratando el sexo como un tabú autoimpuesto en el género juvenil.
Un punto importante el final, que deja abierta una puerta a una continuación... y que a mi me ha sabido a poco. Habrá que esperar para ver qué pasa en el próximo libro :)
Resumiendo, El bosque de los corazones dormidos es una novela fascinante que se lee en un suspiro y que aporta al lector ese toque de novedad que supone un soplo de aire fresco en nuestra acostumbrada lectura.