Revista Talentos

El buen amante

Publicado el 10 noviembre 2017 por Aidadelpozo

-Para ser un buen amante uno debe tener predisposición y tiempo. Ambos requisitos diferencian al bueno del malo, al de "chapeau" del chapuzas, al caballero del patán. Por desgracia, buenos amantes hay muy pocos y chapuzas sobran. Parecen que estos últimos se reproducen como setas. Un amante debe tener claro lo que quiere y dejárselo claro a la otra parte. También debe ser generoso, pues un amante que sea egoísta, no puede calificarse como tal, sino como imbécil, en todo caso. Su egoísmo denota que es poco conocedor de las mujeres, pues ellas, ante la generosidad, responden aún más generosamente. Por tanto, un buen amante busca satisfacer y, una vez lo ha hecho, está dispuesto a recibir. Así, el buen amante no pide, da. Lo da todo pues su mayor interés es que la mujer pueda decir de él que es un gran seductor, una máquina amatoria, el mejor en la cama. Un buen amante, a diferencia de esos estúpidos que manchan el nombre de los que con su buen hacer, desean bien amar; nunca miente. Es sincero en lo que desea y en lo que no, y de ese modo recibe con creces. Un amante de verdad ama entre sábanas, arranca orgasmos a la mujer y después recibe. Espera, en definitiva. Y esa mujer, satisfecha, colmada y húmeda no pide, exige ni demanda nada fuera del lecho. Cada uno vive su presente y solo comparten orgasmos. Expuestas sobre la mesa las cartas, esa mujer bien follada, paga con su piel, sus manos, su sexo y su boca. Y paga, amada mía, paga con ganas.

(Este bien podría ser el comienzo de un relato o de una futura novela. Espero vuestros comentarios. Bienvenidos de nuevo a TORMENTAS).

EL BUEN AMANTE

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