Confirmo que me encanta el sistema de Duolingo. Sus lecciones me provocan un efecto videojuego; el sonido de trompetas al final de cada lección me motiva; en algunas cosas soy muy ordinaria y me conviene. Me apena que el búho se ponga triste porque no hice la lección del día, y me apena más que pase de la tristeza al distanciamiento cuando pasan varios días sin que entre a practicar.
Hace poco agregué catalán al francés y al inglés, pero lo he dejado en suspenso porque temo confundirme (entre el catalán y el francés).
Silvia Parque