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"El Bunker" es una producción de la CBS para la televisión y está basada en la obra homónima del periodista James O'Donnell. Desde el punto de vista cinematográfico lo más interesante de la misma es que el actor Anthony Hopkins es el encargado de dar vida a Adolf Hitler. Sin embargo el nivel de esta producción no es tan bueno como uno esperaría.
Lo mejor que tiene es que en términos históricos es bastante correcta y detallada. La acción transcurre desde que Hitler tomó la decisión de bajar al bunker en enero de 1945 hasta el abandono de sus instalaciones el primero de mayo de ese año. O'Donnell se basó en entrevistas personales para realizar su obra. Y lo interesante es que no sólo entrevistó a las personas más cercanas a Hitler, como sus secretarias o los jerarcas como Speer. También entrevistó a otros miembros del personal del llamado führerbunker. Así conoceremos los puntos de vista del ingeniero Johannes Hentschel encargado de las instalaciones o del suboficial Rochus Misch encargado de las comunicaciones. Eso nos permite conocer algunos detalles interesantes de dichas instalaciones y hacernos una idea de lo que debió significar el vivir allí durante tanto tiempo. Sin embargo, la mayor parte del guión se basó en el punto de vista de Albert Speer, por lo que dicho personaje tiene un protagonismo excesivo (se llega a incluir su supuesto intento de atentado con gas nervioso). También tiene su cuota de licencias artísticas: en un determinado momento vemos un flashback de la cocinera Constanze Manziarly sobre tiempos más felices. Es difícil que esos recuerdos provengan de una entrevista con dicha persona pues Constanze fue vista por última vez con dos soldados rusos que se la llevaban al interior una estación de metro para "comprobar sus papeles".
En cuanto a la recreación del bunker y de la cancillería podemos decir que llega a pasable, pues el cartón-piedra se nota demasiado, aunque no hay que olvidar que es una producción de TV. Pero es en el nivel interpretativo donde la película tiene su lado más débil. El peso de la producción recae en dos actores, el ya mencionado Anthony Hopkins y Richard Jordan en su papel de Albert Speer. Y en mi opinión ambos no lo hacen todo lo bien que uno espera. El Speer de Jordan es demasido blando, parece más un buen chico en uniforme que el arquitecto del III Reich. En cuanto a Hopkins, ganó un Emmy por su actuación y se cuenta que los extras que hacían de guardía personal se cuadraban cuando el entraba en una habitación, aunque no fuera caracterizado de Hitler. Pero a mi su interpretación me parece demasiado forzada. Se nota que Hopkins se pasó varias horas viendo el mismo discurso de Hitler y aprendiendo a imitar sus gestos y gritos (por cierto, en inglés Hopkins es ininteligible, ver el video). Además por si no nos queda claro, al final nos lo ponen otra vez repitiendo ese discurso. Pero imitar no es interpretar, porque siempre tienes la sensación de que no es Hitler, sino que es un actor haciendo de Hitler. El único que en mi opinión se salva es Michael Lonsdale en su papel de Martin Bormann. No hace el típico personaje de aspecto porcino que parece tonto, sino alguien más astuto y peligroso.
En resumen, para los muy aficionados a ese período de la historia.
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