Revista Talentos
Al burdel del infierno llegan todas las almas en pena. Yo vine, revolver en mano, buscando a mi último amante. Pedí al cantinero un trago y me dijo que a lolitas con traje de asesina se les sirve el corazón delator de un marinero errante. Creo que necesitaré dos balas.