Revista Diario

El cabrón suicida

Publicado el 23 septiembre 2011 por Jans_braender @jansbraender

Me volví a mirar en el espejo del baño, sucio, sudoroso, despeinado, agrio, con ojeras, el espejo bien gracias.

 El whisky en el vaso, el aliento ácido, amargo de dolor, la botella demasiado vacia para tener expectativas de otra noche de olvido entre los brazos del escocés cinco años. Pero eso sí no voy a empezar otra vez con reproches, ni a recordar porque me convertí en esta caricatura mal oliente y borracha, hoy estoy harto, harto de sentir pena, de compadecerme, de sentirme y sentarme, hoy y quizás por el calor que hace esta noche lo tengo decidido.

Mi reloj marca las cuatro y media, me asomo a la calle,nadie, ni un coche, ni siquiera la promesa de mi inminente suicidio causa la menor expectación. Sonrío mientras imagino el cartel anunciador: “Hoy Jans Braender, ex equilibrista borracho se dispone a suicidarse por el método tradicional;saltará al vacio desde la única ventana de su asqueroso piso, unica función inprorrogable, se ruega silencio, da igual si peligra la vida del artista, horario hoy a las cinco treinta, se ruega puntalidad..”

Intento consumir mi última hora sin pensar, sin pensar en nada en vacio, en blanco, pero ni siquiera soy capaz de recordar ese color, ni en el techo puedo descubrir ni el más remoto antecedente de este color. Y no quiero morir pensando, pensar hace daño, pensar es para filosofos, para gente que no tiene problemas, para los momentos sublimes no hace falta pensar…

Y Este promete ser de los mejores, mejor que cuando debuté en la Kongenytorv como artista callejero, comiendo fuego por monedas para poder comprar cerveza fría y un polsen. El primer día me quemé la lengua y paladar, y parte de la barba que ya nunca volvió a crecer igual.Será un momento mejor que cuando me tiré a las aguas del puerto borracho para perder mi último gramo de dignidad y ganarme el aplauso de aquellos jóvenes y una caja de Calsberg. Ahora ya he crecido, no mi barba que sigue en la unidad de quemados, ahora ya no busco el aplauso callejero, ahora no peleo por terminar los restos de las botellas y llevarlas a Brugsen para cobrar dos coronas por el envase.Ahora no tengo expectativas, no tengo nada por lo que pelear, mi mundo es más estrecho y sucio, ahora tengo un piso, un trabajo, tengo dinero sin necesidad de tragar fuego o hacer equilibrios sobre la acera.

Ahora mi vida es tan, tan …obvia, tan funcionaria, tan de sección de sociedad de diario dominical, ahora no tengo ganas de luchar… Intenté volver a mi mundo, llevó dos días sin aparecer por la oficina, sin ducharme, con mi camiseta Moscú`80 sin mangas paseando por la calle, intenté congregar a la múltitud en Christiantorv mientras les enseñaba como era capaz de fumar dos cigarrillos enteros y después beber una botella de vodka, sin hielo ni jugo de naranja, los ore y las coronas caian en mi sombrero, la gente nunca habia visto semejante espectaculo… No me sirvió, cuando llegué a casa, volví a descubrir que mi vida era plácida, rumiante, de primera fila de película de Jackie Chan…

5,28, Dos minutos para el gran salto, me vuelvo a asomar a la ventana y recuerdo a mi pesar, que mi sueldo no me da más que para vivir en un piso bajo…mañana cuando salga de la oficina tengo que volver a compra escocés cinco años…y a lo mejor un paquete de cigarrillos…


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