Escribo un artículo. La niña duerme a un par de metros de mí. Hace calor.
Debía entregar hoy el texto, pero la eminente especialista -dermatóloga- que fui a consultar, me recibió más de una hora tarde y se movieron mis planes. Estará mañana. Pude y debí organizarme mejor para no desvelarme tanto y cumplir con la fecha pactada, pero en esta ocasión, me ha convenido revivir la sensación de ansiedad rica de estar a "última hora" porque me ha recordado que de aquí soy. Me dedicaré a esto. Le llamaré trabajo porque estoy cansada mientras lo hago y porque de día me cuesta lidiar con B mientras tecleo; pero lo viviré con tanto gusto que, aunque ya no lo haría gratis, sabré para mis adentros que es la clase de cosas que eventualmente haría por amor al arte.
Así que escribo el artículo, veo mi Timeline de Twitter, vengo para acá; la niña duerme y el café con chocolate está bien.
Silvia Parque