Revista Diario

EL CAMINO- (Para el concurso de Paradela)

Publicado el 29 octubre 2011 por Laika
EL CAMINO- (Para el concurso de Paradela)
Aquel recodo del camino estaba ligado a él de manera especial.Formaba casi parte de su propia esencia, y conocia palmo a palmo cada rincón,como si aquel pedazo de tierra se le hubiera metido en las entretélas del álma para siempre.
Habia sido un hombre guapo, muy guapo. Todavia conservaba su natural atractivo y se podia adivinar en su mirada profunda, una especie de galán de cine,uno de esos hombres que hacen suspirar a miles de mujeres en la gran pantalla.
De tez morena, y sonrisa afectuosa, alto, delgado, bien parecido. Sobresalian un par de hoyuelos con cada sonrisa que te obsequiaba, dando una luminosidad especial a su rostro.
Su apariencia de hombre feliz, nada hacia presagiar su terrible pasado. No se sentia desgraciado, no. Ni le gustaba hablar de ello con nadie. Lo conservaba en el fondo del álma para que fuera cicatrizando poco a poco. Habia oido decir que las heridas para que sanen, tienen que pasar los años por ellas, mientras llega el bálsamo que las pueda aliviar.
Su vida se habia parado en aquel instante que el destino le tenia reservado desde siempre. Jamás se habia planteado hasta entonces, si existia un designio para cada ser, si los sucesos diarios estaban entrelazados entre sí, si cada instante cuenta en el libro de la vida de las personas. Se limitaba a vivir sin más, a gastar los dias que le llegaban generosamente a sus manos.
Siempre le gustaba recordar que habia sido un rebélde sin causa, o con ella. No se conformaba con vegetar al sol,con una vida rutinaria, plagada de incongruencias, como para salir del páso. Aquél camino que habia comenzado en el mismo momento que vió la luz, era su camino, su propio camino, y cada uno lo vive, una vez emprendido, como quiere
¿Quien puede asegurar que una vida es mas valiosa que otra? ¿Quien es capaz de valorar si las decisiones tomadas por los demás son acertadas o nó?
La mayoria de las veces, intentamos vivir los caminos de los demás, deseamos las vidas de los otros, mientras nuestro propio camino languidece de hastío.
Así le habia ocurrido a él. Una vez pasada su juventud, con una mujer guapa a quien amar, con unos hijos a quien cuidar, se refugió en esa rutina cotidiana que es capaz de matar los sueños de aquellos que un dia se atrevieron a soñar. Es algo humano por otra parte, que condiciona la futura existencia.
Desde que claudicamos amparados en nuestra propia ineptitud,cortamos las alas, capaces de mirar de hito en hito al sol, al mismisímo sol...
EL CAMINO- (Para el concurso de Paradela)
Desde entoces, nada le parecia bien, ni la vida familiar, ni la laboral, ni los pequeños placeres diarios, y lo que es más cruél todavia...su mirada se volvió indiferente hacia los seres amados. Su corazón se iba asfixiando lentamente dentro de su propia negatividad. Se habia apartado del camino, perezoso, indolente,incapaz de rehacer su marcha.
Los que le conocian de siempre, apenas habian notado su cambio, pues en mayor o menor grado todos arrastramos la misma vida monótona, y casi nos aliviamos al ver que es un mal general de la humanidad.
Así, pasan los dias, y penetra en nuestro corazón el páso del tiempo. El tiempo, ese aliado que acompaña nuestra vida mientras nos va seduciendo.
EL CAMINO- (Para el concurso de Paradela)
Una noche, volvia toda la familia despues de cenar y haber celebrado el cumpleaos de la abuela. Habia sido un dia familiar, hermanos, cuñados, sobrinos, habian disfrutado en mayor o menor medida.
Habian subido al coche despidiendóse un poco cansados ya. Llevaban media hora de trayecto. En la parte trasera, dormitaban los niños, el más pequeño en la sillita reglamentaria.
Aquella noche parecia como si la vida le sonriera de nuevo. Miraba a su mujer con ternura nueva. La luz de la luna iluminaba de nuevo su camino.
De repente, un tremendo gólpe le llevó a dejar de lado sus pensamientos. Sintió un dolor agudo en el estómago, se sentia atrapado por el volante del coche que le aprisionaba. No se podia mover...angustiado pudo abrir los ojos y observar el cuerpo inerte de su mujer al lado. Instintivamente, giró la cabeza hacia atrás para ver a sus hijos. El mayor, no estaba en el asiento, el pequeño con un hilo de vida le miraba suplicante
.EL CAMINO- (Para el concurso de Paradela)
Aquella noche, en el camino, en su camino, lo perdió todo. En su amargura, se dio cuenta que no había valorado bastante a los seres amados,que se perdió muchos instantes valiosos, que se olvidó de agradecer a la vida todo lo que le había dado.
Al final, solo le queda la esperanza de futuras huellas nuevas.

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