Revista Diario

El camión de basura.

Publicado el 26 junio 2012 por Elva
El camión de basura.
Supongo que todos los niños pasan por la fase de adoración por todo vehículo de cuatro ruedas. Bueno, de cuatro, dos...seis.....¡El piojo no iba a ser menos! Adora todo vehículo con ruedas, coches, camiones, motos, autobuses....ufff...sí...mi piojo dice "autobús".
¿Qué le vamos a hacer? Supongo que utilizará el "vosotros" y dirá "patata".....
Bueno, que me voy por la tangente. Como decía al piojillo le encantan los vehículos a ruedas. Tiene una amplia flota automobilística en su habitación. Tiene coches de todos los tamaños y colores. Algunos son de esos que los papás "adoramos"....sí, esos que además hacen ruidos. 
Ruidos que ellos adoran y se pasan largas horas dándole al botoncito para que suene y suene...suene y suene....
Uno de sus favoritos, tiene uno de estos sonidos encantadores. El camión de basura. El camión de basura se lo regaló su bisa cuando cumplió 1 año y sí antes le gustaba, ahora más. Cada vez pasa más tiempo con sus juguetes, supongo que es uno de los síntomas de ir convirtiéndose en un pequeño hombrecito.
El camión de bomberos es sospechoso. Sospechoso ante los ojos del papá del piojo porque de vez en cuando al abrir el deposito de basuras nos hemos encontrado con coches. Así que el papá del piojo cree que trabaja de "tapadillo" y que en realidad se dedica a la compra venta de coches robados,je je je je.
Pero, no es a este camión de basura al que le dedico este post sino a uno real, a un flamante camión blanco blanquísimo de reciclados. Camión que pasó a nuestro lado el sábado por la noche mientras estábamos sentados en la terraza del flamante nuevo bar del papá del piojo.
Al piojo los ojos se le iban a salir de las órbitas cuando vio al camión recoger los contenedores. La verdad es que el camión era muy bonito. El piojo no sabía adonde mirar. Miraba las luces, los contenedores subir y bajar....
De pronto el chófer se da cuenta de lo maravillado que estaba el piojo y me hizo señas para que me acercara. Cogí al piojo y nos acercamos. Abrió la puerta, juro que parecía de una nave espacial más que de un camión. El chófer comenzó a hablar con el piojo que no salía de su asombro y entonces va y  me dice 
sube con el peque y vamos hasta el contenedor de la esquina

Meto al piojo en la cabina, alucinando ahora yo con la amabilidad del chófer. Lo dejo en ella para subir yo los 3 escalones y.....el piojo empieza a llorar desconsolado. No sé si pensó que lo iba a dejar allí o tanta luz lo asustó. Lo cierto es que se me tiró a los brazos le di las gracias al conductor y lo bajé. No quise que el piojo fuera a terminar traumatizado  por algo que tenía que gustarle.
El camión se fue y él le dijo adiós con su manita mientras yo le secaba sus lágrimas....

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