Revista Literatura

El candado

Publicado el 27 enero 2011 por Onomatopeyistas
El candado
— Ven, cariño, ven. ¡Corre, una foto!
— ¿Una foto? ¿Qué haces?
— Calla, ven, júntate a mí. Mira arriba.
— ¿Pero qué quieres hacer?
— Una foto, chico, una foto. Bésame.
— ¿Que te bese? ¿Pero no íbamos a hacernos una foto?
— Sí, una foto besándonos, leñe. No es tan difícil.
— Pero para qué queremos una foto besándonos. ¿Qué piensas hacer con ella? ¿La gente ve esas cosas por internet?
— Esto es para ti y para mí, hombre. Solo para nosotros. Y como mucho luego la cuelgo en Facebook.
— ¿Como mucho? ¿Y luego mis contactos me verán besándote?
— Pues claro, hombre. ¿O es que no quieres que te vean besándote conmigo?
— Hombre... pues que yo recuerde no les invitamos a que duerman también con nosotros. Es por respeto. Ahorrémoselo. Y eso que yo beso bien.
— ¿Me lo estás diciendo en serio?
— ¿Qué quieres, un beso? Si yo te lo doy, mujer. Sé que lo haces para romper la rutina, la monotonía... pero es que yo soy un clásico. Además ahora la gente en internet se masturba con unas cosas muy raras.
— ¿Tú eres tonto, o te lo haces? Todo el mundo se hace fotos con la persona a quien ama. Es una forma de demostrar a los demás lo que sentimos el uno por el otro.
— Pero si he traído comida china. Me he duchado. Te lo demuestro cada día. La gente ve que voy limpio y recién afeitado.
— A veces pienso que me tomas el pelo...
— No. Lo digo en serio.
— Pues la gente hace este tipo de cosas. Se compran flores, cierran candados con su nombre en un puente...
— ¿Candados?
— Sí, candados.
— ¿Y candados para qué?
— Para demostrarse su amor, la unión de las dos personas, la fusión inquebrantable... no te enteras.
— ¿Candados, de verdad?
— Vete por ahí. Si no quieres hacerte una foto conmigo no te la hagas. Pero luego no me pidas otras cosas.
— "Otras cosas". Por una foto...
— Sí, por una foto. No. Pero no, no es sólo por una foto. ¡No es una foto, leñe! No te enteras de nada.
— Anda, ven, no te pongas así.
— Me pongo como quiero. Vete por ahí. No me toques. No, no me abraces. Quita. En serio.
— Venga va, perdona. Entiéndeme. Es que seguro que pongo una cara muy tonta cuando te estoy besando. Tendrías que verte como te pones cuando yo abro los ojos.
Imagen: Rcoses

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