AMOR A DISTANCIA
data: http://www.imdb.com/title/tt1322312
Pasó rápida por los cines pero, como en todas las películas de Drew Barrymore, siempre hay algo para rescatar, aunque tenga la apariencia de una comedia más. “Amor a distancia” parte de una muy buena idea inicial para contar una anticomedia romántica, arruinada por un final convencional. Pero para los que sabemos que Hollywood tiene dos finales (el del autor y el del focus group), somos concientes que el guión de Geoff LaTulippe termina cinco minutos antes que pasen los títulos finales, cuando el protagonista acomete otra ronda en el videojuego donde conoció a su amor y declara que va a ser difícil que alguien pueda empardarle su récord.
Erin está provisoriamente en Nueva York, como pasante de un diario. Espera retomar su posgrado de periodismo en la Costa Oeste que pospuso por un amor terminado. Ahora, con varios años más, intenta retomar la senda. Por eso, cuando conoce a Garrett le deja en claro que en seis semanas se va y que no busca una relación estable. Como Garrett viene de un quiebre, tampoco quiere nada serio. Así que sexo, cenas, charlas, chistes y más sexo, hasta que sus caminos se separen.
Bueno, lo consabido: se enamoran.
Y deciden mantener un amor a distancia. Ella en San Francisco; él en Nueva York.
Lo interesante de la historia no son las peripecias de la pareja para mantener su relación con un país en el medio, sino la observación de cómo la economía se mete en las relaciones humanas y las condicionan. Por más que quieran coordinar las esferas sentimentales y económicas, éstas inevitablemente colisionan. No hay escapatoria posible. Uno debe resignar lo que es, su trabajo, su posición económica y depender del otro. Y eso es una apuesta que puede dejarlos varados en el futuro, si la relación no funciona, cosa que Erin sabe por propia experiencia.
La película utiliza una chicana para resolver un dilema sin solución. Por eso decimos que los últimos minutos del filme que sigue a la ruptura de la pareja, sobran. Los “seis meses después” es una improvisación, un auténtico deus ex machina para convencer a los espectadores que el amor es más fuerte. Pero la tesis del filme era otra: vivimos tiempos en que la billetera tiene suficiente poder para vencer al amor. Hubiera bastado que el salto al vacío económico que efectúa Garrett para reconquistar a Erin, hubiera fallado estrepitosamente, para que los caminos de los amantes corrieran por sendas (irremediables) apartadas.
Nos quedamos con la queja de Erin al romper con Garrett de “pero yo te quiero”, como uno de los momentos altos de esta historia. Nunca más claro que en esa frase de lo que trata el filme y, tampoco nunca tan claro, lo cruel e irremediable que es el mundo que se les puso por delante.
Para agendar.