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El Cebo

Publicado el 12 diciembre 2011 por Ganarseunacre @ganarseunacre
EL CEBO-1958LADISLAO VAJDA El Cebo
Para los que no conzcan a al sr. Ladislao Vajda  , quizás no sepan que hemos tenido a un gran. cineasta,  con letras mayúsculas,  entre otros grandes de nuestra Biografía cinéfila.Prueba de ello es esta magnífica "El Cebo", que quizás podriamos considerarla nuestra" M" de Lang. En este caso la película es una coproducción Hispano-RFA-Suiza, y está rodada en tierras suizas. El reparto también , es internacional, salvo  Mº Rosa Salgado.Las historias de asesinos de níños siempre me revuelven el estómago. Ocupan los titulares durantes varios dias, y en alguna ocasión nos acompañan toda la vida. En el centro de esta coproducción, se encuentra el bondadoso comisario Mattäu  (Heinz Rühman), al que poco antes de jubilarse le confían el caso del asesinato de una niña de 8 años. Un vendedor ambulante (Michel Simon) es el principal  sospechoso del crimen, paero Mattäu no cree el culpable.Cuando el pobre desesperado se cuelga en su celda, el caso queda cerrado.
El funcionario de policía atormentado por las dudas, sigue investigando por su cuenta. Ha prometido a los padres que atrapará al autor. Y si tuvieran razón, el espíritu maligno  sigue representando una amenaza. En la zona oriental de Suiza, que había sido registrada por ese y otros asesinatos parecidos. Mattäu arrienda una gasolinera a pie de carretera. Es una empresa osada e inútil, pero el comisario cree que el desconocido pasará por allí en algún momento. Su único indicio es un dibujo infantil de la víctima que , evidentemente se encontró varias  veces su asesino. La niña había dibujado un hombre gigante en un coche negro. Como eso no le basta, el comisario se deja llevar por la monstruosidad: contrata un ama de llaves y utiliza a su pequeña hija de señuelo (Sin que su madre lo sepa). Espera ansioso durante meses, anota matriculas  y olvida por completo que no se puede vigilar a una criatura de la mañana hasta la noche. Cuando la trampa se cierra, y es demasiado tarde...
El remake realizado por Sean Penn en el años 2000 (excelente) y protagonizado por Jack Nicholson, tiene otro final: el asesino muere en un accidente de coche y el policía enloquece por la espera de tantos años, Pen se ciñó a la novela del celebre autor suizo F. Durrenmatt, que había retocado su propio guión, de forma decisiva para la versión final. No obstante, tampoco se le puede reprochar  un exceso de optimismo al original. Hein Rüman, el ídolo Alemán de la gran pantalla, en uno de sus pocos papeles realistas, personifica un profundo dilema moral. Para  atraer al criminal abusa de la confianza de una madre incauta y de su hija, convirtiéndose el mismo en un depravado. Gert  Frobe (El sr Schrott, el asesino) pasó a ser prácticamente el arquetipo de pervertido perturbador. Su interpretación de un alma desgarradas e situa con todos los honores junto a magníficos predecesores, como Peter Lorre en "M". Al principio , sólo se le distingue por  una sombra negra. Luego se ve su enorme dedo rollizo, crispado por el pánico que le provocan las humillaciones de su dominante esposa. Finalmente, el  hombre corpulento aparece  en todo su tamaño  y hechiza a la pequeña Anna , el cebo de Mattäu, con su horrible guiñol. La carrera de Fröbe no se recobraría de este papel. Renunciar al perfil psicológico  del asesino y situar en un primer plano , como hizo Sean Penn, el conflicto  de conciencia del comisario,  son factores que seguramente corresponden a una lectura más moderna del tema, siempre  y por desgracia tan actual. El cebo se convirtió en una de las mejores películas de la posguerra gracias a su atmósfera opresiva, casi insoportable. Su efecto perturbador también se debe al lugar donde se desarrolla la acción: El mundo incólume de las montañas, el radiante marco suizo, el radiante marco nostálgico del cine Alemán, después de la WWII. Suiza es el país de la música popular de los Alpes, del chocolate yñ de Heidi: temas equívocos que el realizador hungaro Vajda, transforma de forma sugerente. La música sugiere seguridad, donde no la hay hace tiempo. Con chocolate se atrapa a los niños inocentes. Así , detrás del primer pasaje bucólico de una naturalización inmaculada, acecha en todo momento una amenaza latente, la bestia del ser humano, Mattäu tampoco conseguirá adaptarla.
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