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El cerebro enamorado: La neurociencia del amor y sus efectos en nuestra psique

Publicado el 04 febrero 2025 por Eli Rodriguez @elirodriguez07

Cerebro enamorado

Cerebro enamorado

El amor ha sido un enigma para filósofos, poetas y científicos a lo largo de la historia. Aristóteles decía
que "amar es alegrarse", mientras que Platón lo veía como una búsqueda de la otra mitad perdida. Sin embargo, más allá de la poesía y la filosofía, la ciencia ha logrado descifrar qué sucede en nuestro cerebro cuando nos enamoramos. La pregunta es: ¿estamos diseñados para el amor o simplemente somos víctimas de un cóctel químico que nubla nuestra razón?

El mito de Eros y Psique: Un amor que trasciende

Los griegos entendían el amor como una fuerza tan poderosa que lo plasmaron en sus mitos. La historia de Eros y Psique es un reflejo de cómo el deseo y el alma deben superar pruebas para alcanzar el amor verdadero. Curiosamente, "Psique" no solo es el nombre de la protagonista de esta historia, sino que también da origen a la palabra "psicología". En nuestro canal de YouTube tenemos un video dedicado a Psique y su conexión con la psicología; si te interesa explorar más este tema, te invitamos a verlo. Pero ahora, regresemos a la ciencia detrás del amor.

El cerebro enamorado: Un laboratorio químico en acción

Cuando nos enamoramos, nuestro cerebro experimenta una tormenta química, un verdadero cóctel explosivo de neurotransmisores y hormonas que alteran nuestra percepción y comportamiento. Cuatro sustancias clave entran en juego en esta ecuación emocional:

1. Dopamina: La chispa de la pasión

La dopamina es la "hormona de la recompensa". Nos da una sensación de placer, euforia y motivación, similar a cuando logramos una meta importante. Es por esto que estar enamorado puede ser adictivo: el cerebro asocia a la persona amada con una fuente de felicidad intensa.

2. Oxitocina: El pegamento emocional

Conocida como la "hormona del abrazo", la oxitocina se libera durante los momentos de intimidad, desde abrazos hasta relaciones sexuales. Refuerza el apego y la confianza en la pareja, creando un vínculo profundo que nos hace sentir conectados emocionalmente.

3. Serotonina: El pensamiento obsesivo

Curiosamente, los niveles de serotonina disminuyen durante el enamoramiento, lo que nos lleva a pensar de manera obsesiva en la persona que nos atrae. Es por ello que, en esta etapa, es difícil concentrarse en otras cosas: nuestra mente está atrapada en un bucle emocional.

4. Endorfinas: El efecto calmante

Las endorfinas nos brindan bienestar y reducen el estrés, lo que nos hace sentir más felices y en paz cuando estamos con nuestra pareja. Son una especie de analgésico natural que nos ayuda a sobrellevar las dificultades diarias con una actitud más positiva.

¿Por qué se dice que el amor es ciego?

La frase "el amor es ciego" tiene una base científica. Durante el enamoramiento, la corteza prefrontal, responsable de la toma de decisiones racionales, reduce su actividad, mientras que el sistema límbico, que regula las emociones, se activa intensamente. ¿El resultado? Idealizamos a nuestra pareja y minimizamos sus defectos, lo que puede llevarnos a ignorar señales de alerta o "red flags" en la relación.

Este fenómeno explica por qué muchas personas se aferran a relaciones poco saludables o pasan por alto aspectos que, en otra circunstancia, considerarían inaceptables. Por ello, aunque el amor es una experiencia maravillosa, es importante mantener un equilibrio entre la pasión y la racionalidad.

Cómo vivir el enamoramiento sin perder la objetividad

Disfrutar del enamoramiento sin caer en idealizaciones extremas es clave para una relación saludable. Aquí algunos consejos:

  1. Reconocer las red flags. No ignores comportamientos de control, manipulación o falta de respeto.

  2. Mantener la individualidad. No pierdas de vista tus intereses, amigos y proyectos personales.

  3. Fomentar la comunicación abierta. Hablar con sinceridad sobre emociones y expectativas fortalece la relación.

Más allá del enamoramiento: El amor maduro

El enamoramiento es solo el prólogo de una historia más profunda. Con el tiempo, la intensidad química inicial disminuye y da paso a un amor más estable, basado en la confianza, la complicidad y el respeto mutuo. Como bien dijo Antoine de Saint-Exupéry: "Amar no es mirarse el uno al otro, sino mirar juntos en la misma dirección".

Comprender los mecanismos biológicos del amor no le resta magia a la experiencia, sino que nos permite vivirla con mayor conciencia. Si quieres profundizar más en este tema, en nuestro canal de YouTube tenemos un video dedicado al cerebro enamorado. ¡No te lo pierdas y sigue explorando la psicología de la vida cotidiana con nosotros!


by Eli Rodríguez

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