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El chivatón

Publicado el 26 enero 2013 por Yusnaby Pérez @yusnaby
El chivatón

English Version: The Snitch

En Cuba, y sólo en Cuba, existe una profesión que se aprende desde muy chiquito; todos la conocemos como “chivatón” (o chivatona para presumir de igualdad de género). Esta “tarea” llega a ser incluso más importante para el gobierno de Cuba que cualquier médico internacionalista o arquitectos de Eusebio Leal. Para quién no está familiarizado con el término chivatón, no es más que una persona encargada de delatar a la policía o autoridad en efecto sobre cualquier acción dudosa que haga un vecino o compañero de trabajo con el único beneficio de verle caer.

Esto se aprende desde la escuela, donde para obtener carreras universitarias necesitas más que buenas notas. Las carreras en Cuba se otorgan mediante un escalafón integral. Ese escalafón incluye puntuaciones dependiendo si cada estudiante ha asistido a marchas combatientes revolucionarias, si participa en actividades políticas, si ocupa cargos en la Unión de Jóvenes Comunistas y si cumple y participa con todas las actividades políticas y culturales que orienta el centro educativo o el gobierno cubano. Luego de puntuar los detalles anteriores, la promoción de asignaturas como matemática y literatura, queda desplazada tomando un papel protagónico el carácter político de cada estudiante. Ahora, cómo se acumulan los puntos? Cada estudiante acumula el máximo de puntos y sus compañeros en una asamblea de aula se ponen de pie y exponen o chivatean las cosas que el individuo en causa no hizo. Ejemplo, me levanto yo y digo: Juanita no participó hace dos años en la marcha realizada en la tribuna antimperialista a favor de los cinco héroes y yo si. Pues a Juanita se le restan 5 puntos. Luego se levanta Pedrito y dice: Juanita el 24 de mayo del 2010 asistió a la escuela utilizando incorrectamente el uniforme escolar. A Juanita le restan nuevamente 5 puntos. Así todos se levantan, exponen sobre Juanita y cuando se termina, se le da la puntuación final a ella. Luego analizan al siguiente, y Juanita indignada se levanta y chivatea a Pedrito, porque él planteó algo malo sobre su persona.

Así crean la envidia y el odio entre los propios compañeros de clase, y esto se extrapola a todos y cada uno de los centros de trabajo del país. Recuerdo cuando repartieron los televisores Panda por todas los centros educativos del país. Tocaba 1 televisor por escuela y le correspondía a un maestro. Entre todos los concursantes tenían que debatir quien sería el elegido diciendo pestes de los oponentes.

Luego, tenemos el ejemplo del CDR, que es la universidad del chivatón, después los miembros del partido de cada zona, centro de trabajo, municipio, provincia, etc. Luego de todos los anteriores, tenemos al chivatón por naturaleza; el vecino que ha vivido toda su vida sin poder progresar con un salario de 10 cuc al mes y llama a la policía porque por su ventana le entra olor a carne de res de la casa del vecino. Este ejemplo en particular lo viví en Santiago de Cuba.

No se que es más peligroso en la isla, la policía, Castro o la red configurada de chivatones.

Estas personas tendrán un gran problema el día que el sistema cambie. Incluso conozco cubanos que luego de salir de la isla siguien chivateando en sus respectivos trabajos “capitalistas”, y se han buscado buenos problemas. Es como una enfermedad, como pasar al estado zombie, como no tener una vida. Uno es chivatón cuando llega al punto de vacío.

Con estas personas tenemos que convivir día a día y no son más que una especie parásita creada por el gobierno cubano para reprimir a los cubanos desde dentro. Una fuente de auto-ahogo, de auto-censura, de miedo colectivo y de envidia al vecino.


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