Revista Literatura

El ciego y yo

Publicado el 25 febrero 2016 por José Ángel Ordiz @jaordiz

-¡Rogelio!

-¡Qué!

-¡Ven!

-¡Voy!

Qué misterios... Lo que no me pase a mí... Tenían que estar por aquí y no están por ningún sitio.

-Presente, amo.

-Dos borradores que no aparecen, Rogelio, dos. El que iba a publicar hoy y el de la semana que viene.

-¿Los de las entrevistas a Irina y a Blanca?

-Esos, esos.

-Ya... Verás... La políglota ucraniana será un monumento femenino, como tú dices, pero verdades cuenta pocas. Vamos, que no me creo lo de su nacimiento en Prípiat y la mascarilla que le pusieron y las pastillas de yodo... Una mujer radiactiva desde lo de Chernóbil, ella una niña en aquel tiempo, y que por eso no quiere tener hijos... ¡Venga ya, Irina!... En cuanto a tu hermosa asistenta, blanca que te quiero blanca, tres cuartos de lo mismo. No me convence lo de su idílica aldea al borde de un río y las idílicas casas de piedra y el idílico valle con tantas fuentes... Demasiado idilio... Te siguen la corriente, jefe, te cuentan lo que deseas oír, solo eso.

-Pues ya es mucho aunque así sea, muchísimo.

-Con poco te conformas.

-No necesito más.

-Bienaventurados los pobres de espíritu... Además...

-Qué.

-Nada decían de mí en las entrevistas, nada, ni una palabra de agradecimiento para quien tanto las entretiene cuando tú estás en no se sabe qué mundo. Por eso...

-Qué, qué.

-Por eso eliminé los borradores. Para contar mentiras y despreciarme...

-¿Te los cargaste?

-Los dos. Los mandé a la papelera y después la vacié.

-Cómo pudiste... Si estás ciego, tan ciego del ojo izquierdo como del derecho. ¿O no?

-Lo estoy. Pero a tiempo parcial, jefe; solo a tiempo parcial, acuérdate. Sé que no lo entiendes, tampoco lo entiendo yo, pero así es.

-¡Despedido, fuera, largo de aquí!

-Te denunciaré.

-¡Fuera de mi vista, demonio!

-Te denunciaré por despido improcedente.

-¿Firmamos algo?

-Fue un acuerdo verbal, y los acuerdos...

-Las palabras se las lleva el viento, ¿no lo sabías? Tomas notas y más notas y luego no me avisas de nada, me desgracias la cabeza o el blog... Estoy peor que antes, mucho peor contigo que sin ti.

-Fuiste tú quien me pidió...

-Sí, fui yo. El mismo que ahora te dice que estás despedido a tiempo completo.

-A ti te sobra mala hostia. Si no te sobrara...

-¡Y tú confundes la velocidad con el tocino!

-No confundo nada. Pisa trozos de tocino y verás cómo aumentan las velocidades de tus habituales caídas, ignorante.

-Largo, fuera, esfúmate.

-Me las arreglaré sin empleo y sueldo, como me las arreglé antes de ser tu secretario, pero te recuerdo que de tu casa no puedo irme.

-La madre que te parió...

-A mí no me parió madre alguna, ¿ya lo olvidaste también?

-No, Rogelio, no lo he olvidado.

Cuando desperté, el ciego ya estaba allí.

EL CIEGO Y YOEmoticono hallado y cedido para esta entrada por la divertida Canelaimiel . La mayoría de las imágenes de este blog proceden de Pixabay (dominio público, descargas gratuitas), conste también mi agradecimiento.

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