Revista Diario

El cielo y el infierno.

Publicado el 07 septiembre 2015 por Marta Bartac @martabartac

Es el momento de olvidarse, de no pensarlo, disfrutar y hacer lo que te de la real gana sin que nadie tenga nada que echarte en cara. Por todo esto, vamos a quedarnos con todos los recuerdos, las cosas buenas, las noches sin fin, los cigarros a la par y las miradas de reojo. Porque en algún momento fue un tiempo bueno pero perdimos los diamantes por andar cogiendo piedras. Hay veces en las que llegas a un limite en el que no puedes más, en el que todo te supera, que te sientes sola rodeada de gente. Hay veces que te das cuenta de quien si, quien no y quien nunca, cuando pasan las cosas fuertes y ves quien te apoya y quien ni se interesa. Interés, una buena palabra para definir a quien ha estado últimamente en mi vida, pero todos tenemos un limite, todos llegamos a un punto en que estamos tan hartos que nos damos cuenta de que hay que valorarse. Las amistades, los amores, todo cambia en cualquier momento y tenemos que estar decididos a ello, a cerrar unas puertas, a abrir otras y a espabilar y no dejar que nos pisen. Porque podemos llegar hasta un punto, a partir de ahí ya no hay que arrastrarse mas por los suelos, ya es suficiente. Y cuando estas en ese punto te replanteas todo y decides un lema en tu vida: Quien te quiera, que te busque. Y no hay más. Cuando pasamos por cosas en nuestra vida, cosas que a lo mejor nos cuesta entender de porque pasan es cuando te das cuenta de que todo estaba pasando tan rápido que no viste venir el porque? Yo siempre me preguntado el porque pasan cosas en mi vida, que no me tendrían que pasar, y porque no entendemos esas cosas que nos pasan. Pasa lo mismo con las cosas pequeñas y diminutivas, que sabes que están ahí pero no las ves prefieres ir a por las cosas grandes que a por las pequeñas. En la vida de todo el mundo, hay altos y bajos, idas y venidas, puertas que se cierran, puntos y finales, cosas que se acaban. Y quien sabe puede ser que de aquí un tiempo nos arrepentimos de esas cosas, y echemos la vista atrás y pienses, que te equivocaste al decir o al hacer eso, pero es que así es la vida, y así es como una persona aprende de los errores, errando. Hay gente que quiere pedirte disculpas, por todo lo que dijo o hizo y tu solo tienes una cosa en la cabeza la venganza, el devolvérsela . Porque esa persona que nos quiere pedir disculpas, no sabe todo lo que nosotros/as hemos sufrido con sus palabras, y ahora toca que el sufra. El rencor hacía una persona no vale, la pena lo que si vale la pena es demostrar que eres mejor que el, y que tarde o temprano la vida le devolverá todo el daño que te causó. Perdemos a personas por circunstancias que no viene al caso, y a veces es bueno perder a esa persona para darse cuenta realmente de quien están a nuestro lado, sujetando la cuerda de nuestra vida. Hay gente de todo tipo, y nunca sabes si te van a fallar o no, tu confías en esa persona de buenas a primeras y después te falla. Empezáis mal... Primero hay que conocerse, para que esa persona se gane tu confianza y así poder hablar, pasareis de extraños a conocidos, y de conocidos a amigos y de amigos a mejores amigos, y de mejores amigos a hermanos etc... Yo gracias a dios tengo a las mejores personas a mi lado, amigos de la infancia, amigos que he ido haciendo a lo largo de el camino, y amigos que son hermanos. La verdad que no tengo ningún problema con ninguno de ellos, todos me entienden, me apoyan y me acompañan en mi camino. Y si he perdido a amigos, pero he ganado otros tantos. La vida se divide en dos partes: El cielo y el infierno. El cielo son las cosas buenas que te pasan en la vida, y el infierno lo malo. Casi siempre solemos aprender más de lo malo que de lo bueno, porque lo que es bueno, es bueno aun que aveces haría falta mejorarlo para que sea mejor.

El cielo y el infierno.


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