—Venga, Papá, ya está bien, que vamos a llegar otra vez con retraso.
Revista Talentos
Cada mañana lo mismo, se sube al columpio y me pide que lo impulse. Nada le entusiasma más que ese suave balanceo. Se estaría todo el día. Pero se hace tarde y debo ponerme serio para decirle:
—Venga, Papá, ya está bien, que vamos a llegar otra vez con retraso.
—Venga, Papá, ya está bien, que vamos a llegar otra vez con retraso.