Revista Literatura
El comienzo nunca es el final
Publicado el 31 julio 2011 por HouseLa tarde del sábado, tarde sol, bocadillos, fiesta y libros, se caldeó por momentos. Si a primera hora de la tarde se hablaba de cómic, hacia las siete no cabía un alfiler en la «zona cero». El debate con todos los grupos municipales despertó entre los autores, los semaneros, los medios de comunicación, el público en general y los «indignados» una expectación inusual, A Quemarropa estaba a rebosar. Todos menos unos; aquellos que dicen que la Semana Negra son cuatro mataos. La ignorancia es así de cruel y produce estas barbaries dialécticas y culturales, Decirles es obligado que si fueran cuatro mataos el recinto semanero no estaría a rebosar durante todos los días que duró el festival, Pero es evidente que si no se visita, no se reúne con los organizadores, sólo se puede hablar desde la más torpe y miope de las ignorancias.
Todos los grupos políticos hablaron cómo se debe hablar, a pesar de que alguno que otro, como siempre y siguiendo los parámetros de su líder espiritual, fue bastante torpe en sus argumentaciones. Pero, en general, todos apostaron por la continuidad de un festival que, como bien expresó su director, el inigualable PIT II, quizás después de veinticuatro años de existencia haya llegado el momento de introducir novedades.
Sí, hubo unanimidad. La ciudad debe ser Gijón, y el espacio, el actual, Sería conveniente que el jefe de los parroquianos universitarios (que, por cierto, ellos sí visitaron el recinto semanero), fuera tomando nota y considerando que el gasto de casi setenta mil euros que este año invirtió en amurallar y cercar el recinto fueron baldíos. ¿Cuántas actividades, promovidas por la propia universidad, hubiesen cabido en la programación semanera con esos dineros? Muchas.
La Semana Negra debe continuar y debe proseguir con los cánones y los parámetros ya consolidados y estipulados porque pone a Gijón en el centro del universo cultural; casi dos centenar de autores y otras tantas presentaciones de libros, debates, encuentros literarios y coloquios lo refrendan, lo justifican y lo argumentan. Lo demás, pura bagatela.
Me gustaría que alguien me explicara, y me argumentara por qué a día de hoy la novel alcaldesa de Gijón todavía no ha visitado el recinto y, lo más grave, no se ha sentado a cambiar impresiones con el director del festival. Eso sí, nos dedicamos a ir a romería en romería (reviviendo otras épocas españolas casi sepultadas en nuestra retina).
Hace escasamente dos horas que se clausuró de forma oficial la vigésima cuarta edición de la Semana Negra de Gijón. Paco Ignacio Taibo II y sus muchachos continúan apostando por la villa de Jovellanos cómo enclave prioritario y como epicentro, el recinto actual, El mejor dotado, el más aprovechado, el único. Ya era hora. Por fin un espacio adecuado,
Mañana se comienza a organizar la veinticinco edición con unas elecciones generales a la vista. ¡Cuidado! Con este talante y con esta predisposición el más estrepitoso de los fracasos de una posible «segunda reconquista» la tienen asegurada quién aseguran que la Semana Negra es de cuatro mataos. Así es muy difícil obtener escaños en la Carrera de San Jerónimo. Menos todavía alcanzar La Moncloa. Si no se apoya la cultura como oxígeno de una crisis económica y social vamos mal. La sociedad tiene que tener acceso a la cultura y a la fiesta popular, en donde la diversión y la fiesta se mezclen con la lectura. Sólo así lograremos que los que nos siguen puedan crecer en una sociedad con pensamiento critico. Lo contrario sólo tiene un nombre: dictadura democrática.
Dentro de un año volveremos a escribir unas crónicas similares a éstas. La Semana Negra continuará. PIT II también. Lo que no tengo tan claro si este tropel de noveles seguirán rigiendo los destinos de una ciudad que ayer clamó por la continuidad de un festival único en su especie y que convierte a Gijón en el corazón de la literatura mundial. El pueblo tiene buena memoria Los escritores, la capacidad de contarlo. No lo olviden.