Así le llamaba Sofía, la propietaria de un restaurante en la playa de Bolonia. El compadre nos hizo un guiso de garbanzos y sepia que estaba.......bueno, dejémoslo estar. Ahora que eso sí, los mojitos eran para sobresaliente. La higiene...dejémoslo estar también, además se intuye. Pero las horas que pasamos fueron como los mojitos.