Revista Talentos
Empecé trazando líneas, la mayoría rectas. Seguí practicando con las curvas. Cada vez me salían mejor: círculos, espirales, óvalos, hasta múltiples posibilidades, pero cuando verdaderamente me sentí realizado y muy feliz, fue al descubrir la riqueza de las grafías, de las palabras. Lo peor fue cuando tuvieron que sacarme punta.