Es en el seno de la familia, donde comienzas a aprender a realizar esta especie de "pactos secretos" . Veamos con un ejemplo para que entiendas de lo que hablo.
Aquí tenemos un Contrato Oculto , un Pacto Secreto o un Acuerdo Desconocido o como quieras llamarlo: es un "Acuerdo Tácito con otra persona" .
En este caso, el padre impone una obligación de la cual la hija no sabía nada. Debido a que él le ofreció su tiempo cuando era niña, ahora ella que ya es mayor, debe tener tiempo para él.
- "Estoy chapada a la antigua. Me entregué a ti porque estaba segura de que te casarías conmigo".
- "Te invito a mis fiestas, por lo tanto espero que me invites a las tuyas"...
- "Te contraté cuando eras un don nadie sin experiencia. Ahora que eres útil, tienes la obligación de permanecer en la compañía".
- "Papá y yo compramos esta casa con el apartamento porque supusimos que cuando te casaras, vivirías con nosotros. No es posible que Sara y tú se vayan a vivir solos".
Las condiciones del Contrato Oculto son tácitas y unilaterales. Una de las partes considera que el contrato es obligatorio . La otra parte ni siquiera es consciente de que existe tal contrato.
El Contrato Oculto es una invitación abierta a la desilusión, al resentimiento, a la ira y al rechazo. No tenemos derecho a esperar que otra persona respete un Contrato Oculto. Y no tenemos obligación alguna respecto de un contrato que sólo existe en la mente de otra persona.
Al intentar retener a una persona con un Contrato Oculto, somos como aquellos que esperan alabanzas, gratitud o felicitaciones. Nos "merecemos" que la otra persona respete su parte del contrato. Nos lo deben, incluso si la otra persona no sabia que existiera ese contrato.
Si alguien - un cónyuge, amigo o pariente- entra a formar parte de un contrato a sabiendas y de buena gana, de acuerdo, en ese caso tienen una obligación hacia nosotros. Pero no es lo mismo si repentinamente exhibimos el Contrato Oculto y exigimos que se cumpla.
Sólo hemos hallado otra manera de reforzar un hábito emocional negativo, en particular, el rechazo, como en los siguientes ejemplos:
- Fui un o una tont@, un o una idiota al entregarme a es@ mujer/hombre. Nunca tuvo la intención de casarse conmigo.
- Los hemos recibido en casa tres veces, pero ellos no nos han invitado ni una sola vez.
- Contraté a ese ingrat@ cuando no sabía reconocer entre un debe y un haber. ¡Ahora quiere poner su propia compañía para hacernos la competencia!
Haz lo que hagas porque sientes que es lo correcto, o lo que realmente quieras hacer. Y no exhibas luego el Contrato Oculto, esperando tu recompensa, o desilusión.
- ¿Damos esperando recibir algo a cambio?
- ¿Ayudamos esperando a que nos ayuden?
- ¿Amamos a cambio de que nos amen?
- ¿Invitamos a una persona a nuestro hogar para que luego nos invite al suyo?
- ¿Regalamos pensando en qué nos regalaran?
- ¿Qué contratos ocultos hay en nosotros?
Cuántas personas van por la vida ocultando sus contratos, cuántos son los que esperan que los demás respondan a sus necesidades porque dieron o hicieron algo por esas personas...
Cuántos son los que se sienten heridos porque dieron algo esperando recibir o se solidarizaron esperando una retribución ...o tendieron su mano solo pensando en que cuando necesitaran ayuda otras manos las sacarían del pozo y cuántos son los que sufren por esto, los que dicen:
o- Hice tanto y no recibí nada...; - no tiene memoria; lo que es peor sacan un contrato que nadie conocía y quieren hacer cumplir a modo de ley todos sus artículos, todos sus ítems.
¡Qué grave error pasar por la vida dando, pensando en recibir, o haciendo cosas sólo por asegurarnos que otros, luego nos gratificarán con cosas iguales a cambio de lo realizado!
Es tiempo de dar, de hacer, de ofrecer pero sin esperar nada a cambio, solo seguros de que estamos en lo correcto, solo porque sentimos deseos de hacerlo, solo porque tenemos ganas.
Dejemos sin efecto esos "contratos ocultos" que nos llevan lentamente a la desilusión, a la defraudación, al rechazo...
La mejor recompensa es saber que hicimos lo correcto en el momento justo, ni antes ni después...Porque así lo sentimos y porque así lo deseamos, sin esperar nada a cambio.