Revista Diario

El dentista y la noche

Publicado el 20 diciembre 2010 por Nmartincantero

El otro día fui al dentista. El chute de adrenalina de la anestesia me puso más nerviosa todavía y, ya tumbada en la silla, le espeté al odontólogo (joven y guapo, por más señas): "Vaya trabajito que tienes".

"El que yo he elegido", contestó serio mientras colocaba bisturí, tijeras y algodones en la bandeja de metal. Sentí cómo se vengaba de mi impertinencia a medida que tiraba y clavaba y rasgaba y esas cosas que hacen los dentistas cuando te sacan una muela. Les odiamos, pero ¿qué sería de nosotros sin ellos?

Lo que vino a continuación fue un dolor intenso, de ese que anula todo lo demás: desplantes, incertidumbres, ansiedades, quejas varias, cartas de Hacienda. No te vas a lamentar de que se te han pegado los garbanzos cuando a tu lado hay alguien que lleva un mes sin comer. Imagino que, salvando las distancias, esta es la razón por la que algunas personas que enferman se refieran a su mal como un regalo.

Parafraseando al antropólogo francés Patrick Declerk, tan malo es no saber que vas a morir como olvidarte de que estás vivo. Y esto es lo que sucede cuando los agobios del día a día anulan todo lo demás.

Con o sin dolor de muelas, este es un momento idóneo para frenar, observar y sumergirse en la noche, la oscuridad, la trascendencia, el dolor o como quieras llamarlo. El 21 de diciembre en el hemisferio norte tiene lugar la noche más larga y el día más corto del año: el solsticio de invierno, el momento en que la tierra está más inclinada con respecto al sol y por ello recibe menos luz. Muchas tradiciones celebran el simbolismo del declive de la oscuridad y el resurgir de la luz y la esperanza porque, a partir de ahora, empiezan a crecer los días. Todo duerme, se recoge, espera... para salir renovado y resurgir con la piel nueva, como el dragón.

Me llega esta propuesta:

"El martes 21 del 12 a las 21.12 horas, 8.000 personas nos sentaremos en un lugar tranquilo de nuestra casa donde no podamos ser molestados y generaremos sentimientos de paz, amor, abundancia, y gratitud usando nuestra imaginación y nuestros recuerdos (...)".

La convocatoria incluye una explicación sobre fuerzas magnéticas, numerología y no sé cuántas cosas más que al parecer confluyen esa noche. Bueno. Lo que estaría bien es encontrarnos en la noche más larga del año, en una u otra dimensión, en uno u otro ritual.


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