El des-arte del Toreo

El tema de este artículo o post es un tema el cual he querido publicar desde el primer dia que creé el blog, pues existe diversidad de opiniones, opiniones críticas, de apoyo, negativas o positivas.
"Tauromaquia: ¿Arte o tortura? "
El pasado año el “arte” del toreo o asesinato ritual de los toros, se vio disminuido en ciertas comunidades gracias a la prohibición del mismo y otros festejos en los cuales, se puteaban (porque no tiene otro nombre) a los bóvidos, normalmente conocidos como Toros.
Es cierto que el echo de ponerse delante de un animal que pesa 7 u 8 veces más que una persona normal y corriente, tiene su mérito, más sabiendo que puede atravesarte fácilmente, como cuchillo a la seda, pero, ¿Qué tiene de valiente, atravesar a un toro con una espada, clavarle banderillas de colores como si fuese un payaso, o pincharle medallitas? Si esto es una forma digna de morir, tal y como afirman fanáticos de este destrozo cultural-mental, ¿por qué a los toreros no se les matan del mismo modo? Si total, es un arte y una manera digna de morir ¿no?
Me hace gracia aquellos que dicen: “Tranquilo, si el toro no sufre, porque segrega hormonas”. ¡Bendita ignorancia! No se puede estudiar o dar por válido los resultados obtenidos de un cadáver de un animal, pues eso solo se sabría estudiándolo en el mismo momento de la tortura. Nunca nadie ha medido las beta-endorfinas del toro en el momento de los puyazos, de la estocada o de ponerle las banderillas. ¿Cómo están tan seguros de que no sufre? ¿Creen que en caso de que tuviese esa capacidad de reducir el dolor, lo haría en un solo segundo? Lo dudo…
Otra cosa que me hace gracia es cuando le cortan o redondean los cuernos al toro. La ingenua clientela de estos actos de tortura cree que es un hueso muerto, cuando está plagado de nervios. Un ejemplo para que os imaginéis que dolor puede llegar a sufrir: Cuando en el dentista tienen que haceros un empaste, os pinchan anestesia, y aun así a veces duele, cuando todavía ésta no ha surgido efecto al 100%. Imaginaros ese dolor sin anestesia, y ahora multiplicarlo por el tamaño del cuerno del toro. ¿No os dolería?
Estamos volviendo atrás en el tiempo, consintiendo estás prácticas macabras, cuyo fin es la mofa o burla sobre la muerte de un animal que en ningún momento decidió su suerte. Toreros, banderilleros, picadores, toda esa mugre a los que muchos consideran y califican de “maestros”, deberían de ser juzgados como a criminales. El maltrato animal ya está castigado con importantes multas incluso con cárcel, y, en las corridas de toros no creo que estén acariciando precisamente al toro.
Me da vergüenza que se veneren a los toreros, aplaudan sus actos, y se remunere enormemente una profesión manchada por sangre de un animal inocente, recreándose de su muerte. 
Pero ya no hablamos solo de este insulto a la palabra Arte que supone la Tauromaquia, sino también de eventos catalogados como festejos, donde son brutalmente torturados los toros, sufriendo lesiones irreversibles, como son los conocidos “correbous” o los “toros de fuego”, donde los toros corren con las astas incendiadas, sufriendo quemaduras por todo el cuerpo (mayoritariamente en la cabeza) y sobre todo en los ojos, finalmente, perdiendo la vista. ¿Es esto arte? ¿Es esto cultura? ¿Esto es fiesta? ¿Es esto tradición? Esto es tortura, esto es la cruda realidad, y esto, es lo que tenemos que evitar, como seres civilizados que se supone que somos.
Dani Ruiz (Artículo recuperado de mi blog personal anterior - Senderos Traicioneros)