En las oficinas de Toronto se fraguó en los días previos una estrategia que pasa por la búsqueda del refuerzo de la confianza en el progreso de los jóvenes, concediendo una vez más a Bargnani el mayor número de los lanzamientos. El italiano no tendrá nuevo amigo en posiciones interiores, entendiendo que el lituano Valanciunas no se desvinculará del Lietuvos hasta la temporada que viene. Y eso quiere decir que la fortaleza interior de los Raptors estará supeditada al posible paso al frente de Ed Davis y Amir Johnson. Que nadie espere que a Bargnani le entre el gusanillo de pelearse bajo el aro. Y que tampoco nadie espere temporadas "allstar" ni de Davis ni de Johnson.
Con Kleiza lesionado hasta bien entrada la temporada, la búsqueda de espacio para DeRozan, Weems y Weems también será crucial. Barbosa tendría que sentirse imporante en el equipo para ser la referencia auténtica saliendo del banquillo.
Calderón será líder fuera y dentro de la cancha, y sus pases serán algo más que ayudas para conseguir canastas. El extremeño en cierta manera se juega el mantener una posición de privilegio. Su contrato no admite dudas, pero sus piernas deben responder en esta temporada exigente de cara a los muchos observadores que tiene. No sobran bases de calidad en la liga, y aunque este draft esté plagado de "playmakers", no todos llegarán a salir del cascarón. Ahí es donde pueden asomar Jose y sus habilidades.
No se podrá hablar de playoff ni de lejos, y estaremos ante una nueva temporada de transición, recuperación de sensaciones y de progresión a la espera de que la pintura se llene el próximo curso.
El año II sin Bosh será duro. Puede que la perspectiva obligue a mover ficha en las próximas semanas.