Me tragan las palabras,
Mi corazón enredado entre barras,
Es el destino el que entre un bosque sin paredes grita mi nombre,
Corro sin camino por delante, como si conociera el fin de aquel enorme bosque, entre árboles y más árboles ando tropezando con las piedras que entorpecen mi paso.
No hay noción del tiempo, solo sé que corro, corro y continuo corriendo y no encuentro una salida concreta, solo escucho unos cuantos buitres remover sus alas encima de mi cabeza.
Intento gritar pero casi no recuerdo las palabras, intento actuar de algún modo y salir de ese gran bosque sin salida, pero casi no me puedo mover, hasta que de repente caigo sobre el suelo y quedo inconsciente, ya no recuerdo ni como actuar ni como hablar. Y al despertar, los buitres estaban ya desgarrando mis carnes aún jóvenes debido a mi temprana edad.