La onda expansiva, por Raúl Rentero
No me refiero con ello a la parroquia culé, que seguramente lo habrá sido, un día perfecto digo, con manita y baño gravitacional incluido: supongo que se trata de la justicia poética del fútbol o del suicidio colectivo merengue, que se envenenó con su propia cicuta. Ayer era el día perfecto para darle cancha al sentido último de la existencia de esta onda expansiva. E hice el experimento.
Decía en la onda de presentación que esta sección nacía con el ánimo de conocer hasta dónde llega la información malaguista y qué mejor día para tomar el pulso al paciente que hacerlo en mitad de la tormenta informativa unidireccional, entiéndase Clásico, Partido del Siglo o Madre de todas las Batallas, sólo quebrada, aunque levemente, por la victoria de CiU en las elecciones catalanas o por la desclasificación en masa de documentos diplómaticos yankees en Wikileads.
Obvio es ratificar por escrito que ninguna información podía encontrarse acerca del Málaga en la plana primera de los rotativos digitales de tirada nacional. Por eso decidí, arrebujado en la evidencia, echar un ojo a los periódicos provinciales o locales, empezando por las ondas malagueñas. Cual fue mi sorpresa cuando, abriendo las páginas de pantalla del Diario Sur, no encontré ninguna referencia al Málaga C.F. en portada. Los cinco primeros “Av Pág” eran propiedad exclusiva del Clásico, con foto gigante incluída de Mourinho haciendo contra-apología arbitral hacia Iturralde. Incluso pudimos encontrar un pequeño apartado donde se realizaba una encuesta a pie de tecla donde los aficionados pudieran votar por su favorito en el Barça-Madrid.
Extrañado por tan hondo desinterés local, tuve una corazonada periodística. Quizás tan solo se trataba de la famosa “cortina de humo”, una manera, eficaz por otro lado, de hacer olvidar a la hinchada boquerona los pesares y desgracias de su equipo. La vieja técnica, vamos, de dejar pasar el tiempo para que la mala digestión se pase y las aguas intestinas del aficionado vuelvan a su cauce habitual.
Por lo cual, decidí hollar las sensaciones del rival y me puse a ojear los periódicos locales que tratan la actualidad de aquellos equipos que, a día de hoy, se están jugando el emboque de la negra con el Málaga. Dejando a un lado al Racing de Santander, que al ganar su partido la pasada jornada no necesitaba de cortinas de humo, desembarqué en los noticiarios de Gijón, de Almería y de Zaragoza. Mayor sorprensa me llevé al comprobar que en todos ellos sí se hablaba de los equipos locales, colocándolos, justo es decirlo, junto a las noticias del Clásico. Críticas, contracrónicas de lunes, mercado invernal... lo normal, se entiende, en diarios que, supuestamente, intentan llenar el vacío que a causa del “interés general” dejan los periódicos nacionales.
Pero en Málaga no. En Málaga la noticia del día era saber la opinión de don José acerca de Iturralde. Lamentable, a todas luces. Retrato fiel de lo que pretende esta onda expansiva que no es otra cosa que intentar, con un grano minúsculo de arena, que el Málaga C.F. camine más allá de sus senderos rurales.
Cierto es, por otro lado, que según fueron pasando las horas y cayendo los goles blaugranas la red se llenó de comentarios seudo-malaguistas. Pues todo el orbe madridista comenzó a acordarse, vía entraña y flatulencia, del Ingeniero Pellegrini, denostado y despedido con un “gracias y no vuelva” en su etapa en la Casa Blanca. Porque el año pasado el chileno, al que poco más faltó que le hicieran subir al Gólgota con la cruz de madera de Alcorcón al hombro, tan solo perdió por 1-0 en el Nou Camp, y no ganó, como quien dice, por el canto de un duro. Y los comentarios vía chat y teleline de los anónimos sufridores merengues, repentinamente, volvían sus miradas a la Costa del Sol, donde “apaciblemente” (entiéndase las comillas como ironía) descansaba su lunes al sol don Manuel Pellegrini.
Me sorprendió, sin duda, encontrarme con comentarios en clave de cabreo, que preguntaban si el Ingeniero había firmado alguna cláusula de rescisión con el jeque.
En fin, ya se sabía, pero queda constatado por escrito en día tan perfecto, que no hay nada mejor para un equipo de segundo nivel que sacar partido a los descartes de los grandes. Para bien o para mal, tendremos la audiencia garantizada. Que se lo pregunten al Hércules con su renacido Drenthe. Por lo demás, lo mejor sería llamar a un pediatra, o a un psicólogo colectivo, para que se lo haga mirar a Diario Sur.
La única manera de ser grande es mostrar interés por serlo. Y eso no se compra con dinero, ni siquiera con petrodólares.
El día perfecto
Publicado el 30 noviembre 2010 por JvillaTambién podría interesarte :