Revista Diario

El día que conocí a un número uno de la lista de éxitos de EEUU

Publicado el 07 noviembre 2020 por Benjamín Amoedo De La Grana
El día que conocí a un número uno de la lista de éxitos de EEUU
 

Estaba en Lille, era una ciudad de transición de camino a Bélgica y Holanda, apenas iba a estar ahí unas cuantas horas, había algún tipo de alerta terrorista (no recuerdo el motivo) por que el ejercito estaba desplegado en las estaciones de tren y de autobuses y en las proximidades de las calles mas importantes de la ciudad, no era ninguna broma, se trataba de soldados con fusiles de asalto, la situación era tensa, de todas formas yo caminaba sin miedo, no tenía nada que ocultar ni que esconder, si alguien me preguntaba algo simplemente contestaría y ya. Paré en un super a comprar algo de comer, esa fue la verdadera aventura, por que no tengo ni la mas remota idea de francés así que de vez en cuando era un poco complicado hacerse entender. Poco después comí algo en un banco y fui a la estación de tren, por suerte la estación de tren de Lille solo cerraba dos horas por la noche y yo cogía el primer bus por la mañana así que no tendría que esperar demasiado a la intemperie, la estación de tren de Lille resulta ser ultracomoda en comparación con otras, sillones cómodos, puertos USB, mesas, enchufes, calefacción etc (no todas las estaciones de Europa tienen enchufes gratis). Estuve en la estación muy cómodo hasta que cerró, salí a la calle y me dispuse a esperar dos horas a que abrieran de nuevo, no hacia demasiado frio en comparación con otras noches, pero el simple hecho del cansancio y el estar quieto sin moverse hace que la sensación de frio sea mucho mayor. Apenas habían pasado unos minutos cuando me di cuenta que otro chico estaba esperando en la calle junto a mi, resulto ser un chico de Albania (del que no consigo recordar su nombre) que se dirigía a Londres en busca de trabajo, me sorprendió que se dirigiera a Londres tan a la ligera, sin contactos, sin conocidos allí, sin alguien que le pudiese ayudar puesto que no sabía prácticamente hablar inglés, era muy difícil comunicarse con el, por momentos me dio incluso algo de pena, pues con ese nivel de inglés sin nadie en el reino unido iba a sufrir mucho. El caso es que a trancas y barrancas nos fuimos comunicando, avanzamos a lo largo de la calle hasta llegar a un gran respiradero de un parking situado en la acera, a pesar de que respirar ese aire viciado no es especialmente recomendable nos sentamos allí, por que hacia calor, nos daba un poco igual que fuera toxico o no, curiosamente por la alerta terrorista las calles estaban absolutamente vacías a pesar de que aun era relativamente temprano, no había coches, ni gente o ruido alguno, solo el viento entre las calles y algún eco lejano de ruido pero nada similar al aspecto de una gran ciudad, me recuerda mucho a la situación actual, la estampa es aterradoramente similar, como si de una premonición se tratase, ciudades con millones de habitantes silenciadas por un miedo invisible…En fin, los dos seguimos esperando al calor de ese respiradero del parking hasta que apareció un extravagante y sorprendente nuevo amigo en escena, era un señor mayor de entorno a los 50 años, dominaba bien el inglés, poco a poco mi compañero albanes fue desapareciendo de la conversación puesto que no podía seguirnos, no entendía o no era capaz de expresarse, tras un rato charlando el nuevo desconocido me dijo que tenía un hit que había sido número uno en estados unidos y un disco de éxito, me empezó a contar mil batallitas he historias, yo sinceramente pensaba que era un borracho mas y le seguí el juego, tras un rato, sacó el móvil y buscó un par de canciones y en verdad a finales de los 80 había cosechado muchísimo éxito, yo no me lo podía creer, la canción se llamaba “rough jungle” o algo así, nunca mas pude volver a encontrar esa canción pero juro por dios que era real, por suerte había una tercera persona conmigo que también lo vio y da fe de esta historia, pero ni el ni yo fuimos capaces de encontrar esa canción nunca más. Tras ese momento de estupor nosotros escuchamos con interés a nuestro amigo en lugar de escucharlo como si fuera un loco, nos conto historias de su gira por estados unidos, de su éxito y del porque dejó la banda. Cuando nos quisimos dar cuenta ya era la hora de ir a la estación, con la tontería habíamos pasado casi una hora extra en la calle escuchando las batallitas de nuestro amigo rockstart.

Cuando llegamos a la estación comimos algo y esperamos un rato hasta ir finalmente a la estación de autobuses que estaba alli al lado. Antes de irnos guiamos a nuestro amigo albanes que seguía sin enterarse de nada, le indicamos donde debía coger su tren y le salvamos un poco el cuello ante unos policías que le hacían preguntas sobre trafico de drogas y le amenazaban con arrestarle, los policías franceses no hablaban apenas inglés así que incluso nosotros sufrimos para llegar a un acuerdo y la situación se puso algo tensa, por suerte la cosa se quedó en nada, me despedí de mi amigo albanes y me fui algo triste pensando en el negro futuro que le esperaba a ese chico en Londres, sin familia o conocidos, sin trabajo, sin casi, sin dinero y sin conocer el idioma, era triste pero no podía hacer nada por el, me despedí deseándole lo mejor y me fui. Apenas me quedaba media hora en Lille y aquel no iba a ser el último encontronazo fuerte con la policía, pero esa es una historia que os contaré otro día.


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