Revista Literatura

El dilema de Michael.

Publicado el 17 mayo 2012 por Hsd
Cuando a uno le toca vivir en un cuarto en donde se ha metido un televisor lo más probable es que le quede difícil ubicarse en el mundo. Cómo saber qué es qué, quien se está riendo de verdad o quién finge; si en la vida real es duro que decir cuando hay tanta utileria, tiempo y dinero invertido (y por recuperar) como lo hay en la pantalla chica o grande, es lo mismo... es bien duro.
Ahora bien, si es duro para los que estamos a este lado, qué decir para los que están detrás cuya vida empieza a ser valiosa o no, por el número de veces y la calidad con que salga en las pantalla. Y ahora sí, lo realmente duro no es para los que fracasan, como pensará uno, la muchacha que no hizo una gran carrera por ejemplo, pero no, en último caso ellos sean quizás más afortunados porque pueden dedicarse a otras cosas más reales, lo que verdaderamente es complicado escuando se tiene éxito. 
Se dice que de los varios grados de confusión en los que podemos caer, empezando  por ejemplo por no saber ni en dónde estamos parados, como dice la canción: no enterarse ni que el mundo da vueltas, y no tanto que da vueltas, sino que nos  mantiene, nos alimenta, nos da oxigeno, el que no entiende ni eso, qué va a poder entender de forma acertada cómo relacionarse con otros seres humanos y que decir ya con temas como el famosísimo Dios o cosas así. 
Difícil, y es por eso que no ser minímanente agradecido con la naturaleza es estar en el máximo grado de confusión y en el punto más alejado de Dios, por decirlo de algún modo...
Miento, en realidad hay un estado peor de confusión y es: cuando uno mismo se cree Dios.
Volviendo al tema de la pantalla chica nos preguntamos: ¿Qué argumento podría darse Michael Jackson a sí mismo para no creer que era Dios? ¿Con esa forma de mover un dedito y paralizar al mundo? Respuesta: Ninguno. El pobre Michael éstaba en tal situación que no tenía, y sin hablar mal de él, ninguna razón para no creerse Dios.
Claro, Dios no abandona a nadie en su ilusión y vino por él, con su clásico último recurso, directo al corazón. 
El dilema de Michael.Capital pasajera transmitiendo desde Cartagena.

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