Revista Literatura

"el don de vorace" (fragmento) - félix francisco casanova

Publicado el 08 febrero 2012 por Javierserrano
Lo que sigue es un fragmento, el capítulo 35, del libro El don de Vorace, de Félix Francisco Casanova, publicado por la editorial Demipage:
35
El vuelo de un mosquito tensa y distiende mis ya rotos nervios. Posa sus patas negras en los gruesos labios de Hendrix. En mi estómago croa un ejército de ranas, tengo la sensación de ser un zar aburrido, un káiser sin uniforme, un papa en un burdel. Vomito sobre mi propio pecho con el recuerdo del perro y la vieja. El cuarto huele a yerba. La gran Sensación ronda por mi cabeza, el campanilleo del sexo de una araña que ata con su largo hilo las patas de mi cama. Cada poro de mi piel es una celdilla, las abejas me picotean dulcemente. El laberinto se enreda. Las escaleras de caracol conducen a una puerta de acero, por su rendija se escapa la luz. Graniza con fuerza ante mis ojos. Las calles parecen piernas de mulata, un sudor frío las recorre, los anuncios son pozos de semen fosforescente, mi ombligo la tarántula sáxea, el intestino una enredadera que se anuda a los dientes, bebo colonia, con una cucharilla golpeo el yelmo de mi cabeza. ¿Quién habitará ahora la habitación de las difuntas Beltrán? El fantasma de Débora niña me enseña la lengua, está llena de moho como creo que la tuve yo alguna vez. Sus axilas siguen oliendo a rosas de estercolero. Osiris escapa de la librería sin dueña, todos entran en el pozo. El profesor de paleontología busca un nuevo pene en las latas de basura, encuentra uno de mariposa y se lo incrusta al instante. La puerta de acero comienza a abrirse, un sol enorme se derrama por la escalera de caracol, mi cabeza es la cucaracha ahogada en la flema de mi espectro.

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