EL EFECTO PERELMAN
A mi amigo Carlos Ipiens, matemático y poeta
(Jardines de verano de San Petesburgo)
Vivir quiero conmigo,gozar quiero del bien que debo al cieloa solas, sin testigo [….]
Fray Luis de León
El humilde razonamiento de uno vale más que la autoridad de muchos.
Galileo Galilei.
I
YERTA la tarde interpelaal diálogo de las sombras,o de la luz el discursoen muy silente oratoria.
Las luciérnagas primerasde la noche son corolascuyos pétalos constelanlas siderales magnolias.
No resplandor al silenciomúsica concede aroma,si iluminó soledadrosa azul y luz sonora.
Soledad, digo, en los roblesque entre las ramas confortael jilguero que en un sueñoañil extasia la atmósfera.
De alisos forma y alercesel bosque lírica bóvedadonde el sabio los pasossuena purpúrea aureola.
Los abedules y abetosla luz fatigan marmóreapesadumbre que se alargaen el crepúsculo lóbrega.
El paseo de la tarde,donde el maestro reflexiona,se diluye y, en el entorno,telúrica su persona;
y en esto, el bosque mismoidéntica trayectoriaanduvo siguiendo el pasodel que en el olvido mora.
El mármol de las estatuasla luz desliza salmodiacomo pálido silenciode una silueta incorpórea.
Así, el ámbito caminaetéreo, donde la formade la materia disuelve,y en olvido la memoria
cuando, de pronto, el acordeazulado de la lógicaun pensamiento refulgedesde el fondo de las sombras.
II
AL fin, ya de noche, a rasde cielo que astros alfombra,sus ojos en el infinitosilenciosamente posa.
En este jardín concisola azucena de la lógicacorrige, prueba, demuestraen cada pétalo idónea.
De las esferas acorde,por la soledad sonora,en cada signo que inscribeiluminado interroga.
Así el asterismo enlazavívida idea que ahormadel movimiento prosariola lírica trayectoria.
Sobre inasible sustentouna imagen elaborael espíritu que inervaen la materia la forma:
la medida y la proporciónen el infinito acotaaquella ánima encarnadaen la razón creadora.
Principio de lo terriblefuese la belleza, armónicasimetría donde azarseguro traza su axioma.
El teorema de la luzconjetura por las sombras,tras examen minuciosotoma azucena la forma.
La verdad indemostrableentre los mirtos asomay, un rayo lunar resbalaotra imagen incorpórea;
el matemático, en su éxtasis,suspenso, la ceremoniade la prueba en crisolde lo bello proporciona:
la finalidad sin fin,el espíritu en la forma,la quietud del movimiento,la oscuridad de la aurora.
Atenta escucha la luz en la soledad sonoraque, por la noche, discurreidéntica en su antinomia.
La noche, si en el jardínoscura cierra la frondaque, sepulcro de la luz,abre su lecho de sombras.Francisco Acuyo, de Poemas herméticos (inédito)
Grigori "Grisha" Yákovlevich Perelmán