Revista Literatura
El ejemplo polaco
Publicado el 13 abril 2010 por House
El pasado fiun de semana hemos asistido a la que puede ser la situación más peligrosa de un país: un vacío de poder. Me refiero a Polonia, como imaginaréis. Tras el accidente del avión en el que viaja el Presidente Lech Kaczynski, su esposa y nutrido grupo de altos cargos del gobierno polaco. La catárrofe está servida, y además, de forma impecable para que se genere un ciclón de convulsiones políticas sin medida.No obstante, el pueblo polaco está dando un ejemplo de sencillez, de humildad y sobre todo de unidad. A nadie se le escapa de que el Presidente fallecido gozaba de escasa confianza entre los ciudadanos políticos. Los retractores eran abundantes. Sin embargo, tras producirse el fatal accidente, los ciudadanos han olvidado sus diferentes políticas y sociales en favor de la unidad de la población y del propio país. Ante una situación tan delicada como la que está atravesando el pueblo polaco, los ciudadanos han dado un evidente ejemplo de unidad demostrando que, más allá de las diferencias políticas, ideológicas o culturales, en este momente prevalece la propia nación. Todo un ejemplo para el mundo. Lo mismo que pasaría en España. Igual. Si aquí nos retamos a muerte porque mi comunidad autónoma no dispone de las mismas competencias estaturarias que la tuya, o porque a mi Comunidad llegará el AVE un par de meses más tarde que a la tuya. Y a las pruebas me remito, mientras el Gobierno (con sus correspondientes aciertos y fracasos) está intentando despresurizar la sociedad, sacándola de la crisis, el PP sigue buscando mil motivos para exculpar a su ex tesorero o justicar las tramas de corrupción de la Comunidad de Madrid y de la Generalidad Valenciana. E>so sí, acusan y menosprecian a la Policía y al Poder Judicial utilizando el famoso recurso del pataleo. Lo dicho, Polonia es un ejemplo. Pero un ejemplo a imitar. No basta con comentar mientras tomamos unas sidras. Los polacos olvidaron sus diferencias políticas e ideológicas en favor de su propio país. Una actitud impensable en EspañaEl movimiento se demuestra andando. Y tenemos mucho que caminar todavía, a pesar de todo.