Revista Literatura
El empresario baboso
Publicado el 22 septiembre 2009 por House
Hace bastantes meses conocí a un joven empresario. Durante este tiempo he podido comprobar in situ su prepotencia, su arrogancia, su manifiesta falta de tacto para las relaciones sociales, a la vez que su firme convencimiento de su valía personal y profesional. Sin embargo, el paso del tiempo demostró que esa valía había desaparecido como las olas se difuminan al chocar contra "el muro".La soberbia de este tipo junto al resto de cualidades que le configuran como un magnífico empresario babosa cada vez se afianzan más en su personalidad. Una lástima, lo aseguro, porque a pesar de su juventud llegará el día (quizás no muy lejano) que se encontrara un zapato de medida. Y ese día su prometida lucirá un curioso collar con la dentadura de su prometido. Esto, naturalmente, si existe mujer que sea capaz de convivir con esta rata de alcantarilla.Es una lástima que este individuo este al frente de una empresa. Ente condenado al fracaso porque su estúpidez crónica le impedirá llevar a buen puerto ese buque. Pero me da igual. Casi que ese día lo celebraré y volveré a escribir en este mismo escenario. Lo celebraré con todos vosotros porque será un día de regocijo y felicidad para todos.Hay un dicho popular que dice que "todos los tontos tienen suerte", con todos mis respetos para la figura social del "tonto". Y éste, lo aseguro, este empresario baboso ha tenido mucha suerte. Pero quizás un día no sea así, y lo vea intentando salir a flote mientras una pesada piedra agarrada a su cuello lo arrastra hasta el fondo del Cantábrico entre las playas de Ponente y de San Lorenzo. Ese día será día de fiesta y de gozo. Y la sidra inundará toda la villa que en su día vio nacer al ilustre Jovellanos. Me imagino la escena. Él intentando flotar, pero la pesada piedra amarrada a su cuello lo empuja para dentro. Yo sonrío mientras contemplo la escena. Y exclamo con enorme satisfácción: "¡jódete!". Me doy la vuelta y me voy. Me esperan en "El Puerto". Vamos a celebrarlo.