Fuimos a una cafetería y nos sentamos en la terraza, se alegraba de verme feliz, pero no se creía que en tan corto espacio de tiempo, hubiera podido cambiar tanto. Me preguntó que me había pasado para estar así, era una cosa tan extraña que no sabia como explicársela, y por eso me excuse diciéndole que era muy largo de contar.
De repente entre la gente que pasaba, vi una mujer que destacaba, era una señora mayor, que yo había visto antes, me quede mirándola y ella me miro, me di cuenta de que era la señora. Mi corazón se paró, no podía articular palabra, y mi cara se quedó blanca como la nieve, mi amiga se asustó, y me preguntó que me pasaba, mientras la señora siguió y doblo la esquina. Le dije a mi amiga que me tenía que ir, que no se preocupara que la llamaría luego.
Fui corriendo detrás de ella, doblé la esquina y la vi al final de la calle. La señora, aunque mayor andaba rápido, y yo no podía alcanzarla, se disponía a entrar en una casa, por lo que me alivié y pude reposar un poco.
Estaba bastante nerviosa y contenta al mismo tiempo, me decidí a llamar a la puerta, pero no habrían, volví a llamar, mientras, pensaba que le diría, tenia tantas cosas que agradecerle y contarle, que no sabría por donde empezar, en ese momento abrieron la puerta...
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