Por un lado tenemos la intención de la voluntad buscando bienestar y por otro, actuando con respuestas prefijadas. El resultado se convierte en una pobre solución para gestionar de forma saludable y creativa la vida. Consecuencia de ello logramos entrar en un círculo vicioso del que nos damos cuenta a mediana edad ; si no se le atiende, a una edad avanzada puede pasarnos factura.
La búsqueda de un equilibrio inteligente nos hace conocernos a nosotros mismos y el mundo que nos rodea.Una forma de conocerse y como primer paso para invertir la situación es el trabajo con el cuerpo y con las emociones. Desde el cuerpo podemos acceder a nuestra mente. Un problema que ha creado la mente, con dificultad va a poder ser solucionado con la propia mente. La expresión y maduración de las emociones es de vital importancia para la regulación del sistema energético de las personas. Cuando un organismo alcanza su madurez psicológica y emocional, la psique encuentra por sí sola las respuestas. A través del trabajo con las emociones podemos llegar a cambiar nuestra forma de pensar pero difícilmente al revés. Se puede aprender a conocerse a través del cuerpo para solucionar problemas mentales: darse cuenta de una situación focalizando lo que uno siente, sumergirse en ello y asumirlo (de dónde viene, aprender a contemplarlo y aceptarlo). Si esto se procura con fiabilidad, el cambio en las respuestas vendrá por sí solo.
Conocerse a uno mismo no es un saber de ti, sino la resolución creativa de la vida que vives, o sea, la mayor de las acciones.
La búsqueda de un equilibrio inteligente nos hace conocernos a nosotros mismos y el mundo que nos rodea. La capacidad de ofrecer a los demás respuestas espontáneas nos acerca aún más a ellos. La entrega a un colectivo o un grupo sin ninguna intencionalidad más que la de aportar tu valía es una manera de enriquecer tus valores. La responsabilidad hacia ti mismo viene dada con el conocimiento del sí-mismo. Conocerse a uno mismo no es un saber de ti, sino la resolución creativa de la vida que vives, o sea, la mayor de las acciones.