el erotismo de los calçots
Publicado el 07 febrero 2010 por McaellasDomingo soleado y casi primaveral en pleno de mes de febrero. Calçotada en Santes Creus, comarca del Alt Camp, provincia de Tarragona, vegueria indeterminada. Llegamos con tiempo. Una vuelta por el pueblo. Sin monjes a la vista. Sin reyes a la vista. Todos muertos y enterrados. Algunos en sarcófagos. Como el tal Pedro El Grande -III de Aragón, II de Valencia y I de Barcelona- quien hasta hace poco descansaba tranquilo bien embalsamado. Ha caído en las garras de unos antropólogos. Mucho misterio alrededor de este asunto. Prácticamente secreto de sumario. Ni entre hermanos pueden hablar. Ni comiendo calçots. Ni tomando un vermut. Han firmado un pacto de confidencialidad. Shhhhh. Anuncio importante: los mejores berberechos de la comarca, seguramente de la vegueria, quizás de la provincia, se preparan en Santes Creus. El secreto no se revela. Se habla de una salsa que lleva años macerando. Se rumorea sobre una especia particular de la zona. Otro misterio. Otra razón para visitar este pueblo. Mientras tanto, en el hostal Grau, lo tienen todo a punto. Ha habido una buena cosecha este año. Lo decía el periódico de ayer. No recuerdo la última vez que comí calçots. Hace muchos años. C. me recalca el erotismo de comerse un calçot, o de dárselo a tu amigo, o de acercárselo a la boca a tu amante, o de mantenerlo en suspensión cerca de esa prima con la que no se tiene mucha confianza. Sensualidad gastronómica. Tenemos nuestros momentos, a pesar de todo, los catalanes, confirma C. Me habla también de lo sexy que puede ser mancharse la piel de vino. Tengo que comprar un porrón. Y beber vino del porrón sin mancharme. Podríamos hacerlo desnudos, sin este babero medio ridículo que nos ponemos hoy. Manchándonos a propósito. Calçotada nudista. Valdría la pena manifestarse por eso. Mientras no llega ese día nos deleitamos con esta peculiar variedad de cebolla, con la estupenda salsa, con el solecito invernal, con la butifarra, el cordero, el músico, el cava... Una bacanal de casi tres horas de la cuál salimos tambaleándonos. Por desgracia, no hay camas disponibles cerca para la siesta. Toca paseo al lado del río Gaià. Café y partida de billar en el centro cívico y de regreso a la ciudad condón, o sea condal.
El escritor sinaloense Elmer Mendoza nos visita. Jueves y viernes tarde en Casa Amèrica Catalunya. Narcocultura. Films narcóticos para fans ilegales. Dejo de muestra algunas Balas de Plata. Pura narcolit. Más datos en la revista Quimera de este mes.
"Lloviznaba. ¿Tenía miedo? No. ¿Esta agua de marzo significaba algo? No creo. Podría recordar una canción brasileña o una lejana e indiferente ciudad pero no estaba para eso..."
"¿Indecisa? Ni lo piensen. Aunque sentía la cicatriz de ciertos besos, ejercía resuelta el aplomo de su hermosura..." "Su mente era una vibración que no le interesaba controlar, su pelo rojo se avistaba astroso por la humedad y la hora..."
"Al fondo la recámara del licenciado Bruno Canizales, el hombre de su vida, que es al único al que una mujer decente tiene derecho a matar sin remordimientos."
"Mientras pagaba, pensó que era formidable que Samantha fuera bisexual, no creía que existiera un hombre o una mujer que le dieran batería. Hay mujeres para las que el todo siempre será una parte"
"Los antiguos tenían razón. La tierra es plana y termina en una gran cascada"