Esto no es una crítica a Meneame como producto. Creo que Ricardo Galli y el resto del equipo de Meneame han creado un sitio web digno de elogio, cuyos resultados saltan a la vista. Además, quizás más ahora que nunca entiendo el esfuerzo de sacar adelante algo como Meneame, no sólo por las horas de trabajo, sino por la implicación personal que se puede alcanzar con este tipo de proyectos. Así que por esa parte no puedo decir otra cosa que chapó, se merecen un aplauso.
A mi juicio, Meneame falla en el concepto mismo, en su propia razón de ser. Porque si algo tiene de bueno este momento que vivimos ahora mismo es que todo el mundo tiene una voz. Lo bueno de este momento es el final de los Gatekeepers, esos que deciden qué entra en un periódico (o telediario, o libro...) y qué se queda fuera. Lo bueno de tener un blog es que yo decido de qué escribo cada día, según mis propios criterios y sin necesitar la aprobación de nadie.
Y antes de seguir, sí, yo también he intentado usar Meneame para promocionar este blog para ganar visitas. Quiero que quede claro para que no parezca otro rebote de alguien que no consiguió llegar a portada o al que le dieron votos negativos. Cuando he intentado mandar un post por la mera intención de hacer algo de autobombo y me la han etiquetado como spam pues he pensado: "vale, me han pillado" y he retirado la entrada. Pero también ha habido veces en las que de verdad creía que mi envío tenía algo de relevante y me he encontrado con un montón de votos negativos. Esto me sorprende, pero al final es la comunidad la que manda, tampoco me parece ningún drama, una vez más lo retiré y ya está. Y fue aquí cuando me puse a pensar y donde surgió este post.
Porque está claro, salir en portada de Meneame es un escaparate jugoso que te lleva a intentar este tipo de cosas. Pero en el fondo estoy volviendo a cometer el mismo error del que se supone que había escapado la blogosfera. Mandando un post a Menéame, por un puñado de visitas que el único beneficio que pueden generar es satisfacer el ego pero nada más, estoy poniendo mis ideas en manos de otro gatekeeper. Sí, colectivo y por lo tanto mucho más democrático que un redactor jefe, pero a fin de cuentas lo que hacen es sentarse ahí y decir: esto sí, esto no, esto es irrelevante, esto es amarillo...
Por eso, para mí la mejor solución es seguir publicando lo que me dé la gana y donde me dé la gana (o sea aquí). Esto no pretende atacar a Menéame, porque como ya he dicho es un sitio muy bien construido y que funciona a las mil maravillas. Ni siquiera pretende influir en el comportamiento de los miembros de su comunidad, que la lleven como quieran. Si esta crítica va contra alguien es contra mí mismo, para que no olvide nunca que es más importante sentirme a gusto con lo que escribo y disfrutar de los 40 lectores que están suscritos al RSS de Pintura Blanca que salir en portada, 6.000 visitas, un h1, todo el SEO que eso suponga y lo satisfecho que mi ego pudiera llegarse a sentir.