Un misterioso sueño hace volver a Fran a la Casa del Árbol, el lugar en el que su familia pasaba los veranos de su adolescencia y que ahora está a punto de ser destruido por las excavadoras para construir una nueva autovía. Allí rememora el extraño y mágico verano que vivió antes de convertirse en adulto, el último verano,cuyo espíritu todavía lo llama para cerrar un episodio no concluido.Porque de pronto, después de tantos años y gracias a ese sueño en el que parecía su abuela, comprende dónde estaba escondido el tesoro. El tesoro de la reina mora.Fran ha tenido un sueño la noche pasada en el que su abuela le pide que vaya a la Casa del árbol, la casa en la que pasaba los veranos. Sin dudar, inventa una excusa en el trabajo y se presenta allí, pero descubre que la urbanización está siendo derruida para construir una autovía. Desde el mismo momento en que Fran pise la casa, le vendrán a la memoria los recuerdos del último verano, aquel en que encontraron el mapa de la reina mora, aquel en que el espíritu baticinó la muerte de alguien cuyo nombre empezaba por F, aquel verano en que se hizo mayor.El espíritu del último verano, es el actual Premio Edebé de Literatura Juvenil, es una novela sencilla y tierna que nos cuenta la historia del último verano de Fran en la casa del árbol, el verano en que dejó atrás su adolescencia, perfectamente podría ser el verano de cualquiera de nosotros, es por eso que resulta tan cercana.Destaca en el aspecto narrativo las dos voces de Fran, la primera, la del Fran actual, la segunda y predominante, la del Fran adolescente. Con tintes costumbristas, plagada de descripciones, diálogos y reflexiones del protagonista, El espíritu del último verano, es una lectura ágil, perfecta para una calurosa tarde de verano.
"-¡¡¿Es que nadie conoce la importancia de las tildes?!! ¡Caramba! Con acento en la «A». ¡Ni que fuese tan difícil!Los personajes están bien definidos, algunos son realmente fabulosos como Flor, la abuela de Fran o Ricard el abuelo. El espíritu del último verano no es solamente la historia de la búsqueda de un tesoro, es la historia de una familia unida que disfruta estando junta, que a pesar de las diferencias de edad, mentalidad y demás... disfruta haciendo cosas juntos, ya sea cotillear sobre los vecinos, jugar a la ouija o buscar un tesoro...
-Da igual, Flor. Un acento más o menos...
-No, no da igual, Fidel... Las cosas son como son. ¡Y se le pone una tilde! El «árbol» lleva acento. Mira, el día que encontré esta casa, con el roble junto a la puerta..., no sé. Si no lleva acento, es como si no fuese un árbol de verdad"
Otro aspecto que dota a los personajes de vida es el lenguaje y el contraste que la autora hace entre unos y otros. La autora distingue entre los de Madrid y los de Barcelona, diferencia dialectales que me han hecho sonreír al recordar mis propias experiencias de mis veranos en Teruel, donde la primera vez que escuche llamarme zagala estaba segura que me habían insultado, ¡xD!
Al principio, cuando leí el libro, pensé que Alba, Feli y Fran, con sus diecisiete años, se mostraban a veces demasiado infantiles, pero ahora, después de reflexionar un poco sobre el tema, he decidido que los de antes, los que como Fran y como yo, hace años que dejamos los diecisiete, éramos perfectamente creíbles en ese papel. Me explico, los jóvenes de antes, pecábamos un pelín de infantiles y Fran, Alba y Feli, son de los míos. De los de antes.El espíritu del último verano es una novela de apenas 149 páginas, que se lee en un suspiro y que nos hace soltar algún que otro suspiro. Un historia de la caza de un tesoro y quién no ha buscado alguna vez un tesoro.Sin olvidar el final que es a la vez una promesa de algo más y un guiño al lector y a su capacidad para imaginar otra historia ♥
LOS COMENTARIOS (1)
publicado el 02 septiembre a las 14:13
"Vaticinar" va con uve.