Por favor, tampoco te confundas. El título de este post no presagia un plagio fallido de la famosísisisima saga, "La casa de los espíritus" de mi venerada Isabel Allende, donde una chica, Clara, desde su nacimiento, tuvo el don de ver y comunicarse con los espíritus de personas fallecidas, que se le aparecían. El perro de la familia también tenía ese don.
Prosigamos pues, con los espíritus. Parece ser, que estos espíritus (los que algunas personas tienen el don de ver) conviven con nosotros, entendiéndose "nosotros", como los vivos, aunque conozco a mucho vivo que parece muerto, en fin... Entran y salen de diferentes planos, algunos almas en pena, con temas por cerrar, otros de paso, de visita, para lanzar mensajes y hacer que lleguen a sus personas queridas, visitarlos... muy a lo "Entre Fantasmas" protagonizada por Jennifer Love Hewitt.
Y yo me lo "creo"
Eso confirmaría por qué muchas veces, "sola" en casa, me siento observada; otras, simplemente acompañada. Quizá explique, por qué, durante mucho tiempo, miraba bajo la cama y cerraba la puerta del dormitorio y me ahogaba con la manta, ya bien superada mi mayoría de edad... Explicaría su existencia, no que yo tenga el don.Todo esta "introducción paranormal" surge a colación de que, lamentablemente, asistí al velatorio de una persona MUY querida por parte de una de las fundadoras de este blog. Una larga enfermedad lo mantuvo en vilo injustamente durante mucho tiempo. Ahora, con toda seguridad, vive en otro sitio, allí siempre gozará de buena salud y descansará en paz.
Yo le pediría, que quedara con mi abuela, es buena conversadora, le gusta mucho saber y por eso pregunta mucho, pero no tiene malicia, todo lo contrario, es la bondad personificada. Que le diga, que la vi cuando vino a despedirse al día siguiente de haber iniciado su viaje y que estoy contenta, porque estaba en un prado verde, con la brisa balanceando la hierba alta. Y que le diga también, que mi abuelito está bien de salud, pero que, desde el mismo día en que ella se fue, se lo llevó.
Qué acertado ese dicho de que: no hay funeral sin risas, ni boda sin lágrimas. Hasta yo me lancé contando en un determinado momento mi estrafalaria intervención en un funeral al que asistí en Alemania. No la voy a contar ahora, no puedo ni abrir los ojos de la hartera de llorar que me ha dado recordar a mi abuelita. Qué bien voy a dormir lo que queda de esta noche. De todas formas, un consejo, si vas a un funeral alemán en Alemania, ¡por Dios! ¡no lleves zapatos blancos! ¡Vete de negro "cerrao"! igual da, que no conozcas al difunto. Te lo cuento en otro post, ;-)))) ¿vale?
Dedico este post a ella
A esa co-fundadora de este blog. A la entereza que demostró y sigue demostrando. A la lección que lleva más de un año dándonos a todos los que la conocemos, quedamos y hablamos frecuentemente con ella. A ella, por mostrar que las personas sí se pueden preparar para asimilar y sobrellevar la pérdida de alguien, que ha sido esencial para su vida. Por asumir la pérdida con honor, como parte inseparable de la vida. A ella, porque intenta compartir sus conocimientos y parte del largo camino que se ha visto obligada a recorrer, aún a sabiendas de que yo, estoy muy lejos aún de asumir según qué cosas, tan "deportivamente". Gracias por ser mi amiga, por ser como eres y gracias por el gran ejemplo de fortaleza que me das.
Siempre con love, hoy con el espíritu que me acompaña, que yo pediría que fuera un chico superguapo, supermotivante o algo así, no creo que a Willy Fog le importe... en fin, no sé si se puede elegir...
Brujuleia ;-))))
Imágenes: Pinterest