Revista Diario

El estudiante

Publicado el 29 septiembre 2013 por Dukespeaks

Lo más duro es que eres el nuevo y tienes que empezar desde el acondicionamiento del departamento, una pieza que resultó todavía más pequeña a la que tenía. Los pobres consumen lo barato porque no tienen otra opción. Y aunque lo portátil es un importante nicho de marcado que podría enfocarse, por ejemplo, a quienes tienen que dejar su terruño por motivos de estudios o de trabajo, los productos que he adquirido son malísimos y no tan baratos: El mueblecito para la PC vino con una entrada defectuosa y no pude colocar bien la cuarta rueda, por lo que aquello baila un tanto. Además, los dos tornillos de un lado no son lo suficientemente largos, de manera que la estructura que sujeta las patas queda frágil (espero que el monitor no se rompa cuando todo se venga abajo, quizá valga la pena colocarlo en el piso cuando no lo estoy ocupando; la pieza de tres entrepaños de plástico donde me he colacado los libros quedó firme, pero ante mi desesperación porque las piezas no embonaban (¿Eres tonto? Cuando eras niño te gustaban los rompecabezas y el mecano y hasta armar castillos con miles de pequeños tabiques), entonces le di unos cuantos "golpecitos", rompiéndose aquí y allá, pero sirve. ¡Y el clóset portátil, vida mía!: El instructivo está mal hecho, para variar, de modo que sólo al final me he dado cuenta que me estaban sobrando cuatro varillas, aquí lo molesto es que las ruedas no se atornillan al soporte, de modo que si lo jalas se queda cojo, pero bueno, ya está. Cuando termine mi misión aquí lo remataré todo, a 100 pesos cada uno.



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