Hay entrenadores que, cuando pierden, y tal como ordena el fair play, felicitan al vencedor. Es posible que estén rabiosos por dentro (lógico y normal, a nadie le gusta perder y menos la acción principal de tu oficio al que te dedicas es ganar títulos), pero de cara a la galeria siempre da el pego darle la mano al vencedor. Por otro lado, tenemos a José Mourinho. Fiel a su estilo, no pudo o no quiso digerir la derrota hace poco menos de dos semanas frente al Bayern de Munich de Pep Guardiola en la Supercopa de Europa, y volvió con su discurso de siempre de no querer responsabilizarse de la derrota. "Siempre que juego contra Pep, me quedo con diez: debe ser una premisa de la UEFA", dicen que dijo en la rueda de prensa posterior. Como viene siendo habitual, las victorias vienen de su diestra mano de Special One, mientras que, como en la época franquista, en la cual siempre había una conspiración masónico-izquierdista y un contubernio masónico tras todas aquellas voces en contra del régimen, aquí también hay una especie de mano negra tras cada una de sus derrotas, sobre todo en aquellas en las que se deciden títulos, como era el partido de ayer.
Sinceramente, hay ocasiones en las que me gustaría poder entrar en la mente del portugués. Debe ser realmente difícil trabajar en lo que te gusta, cobrar un pastizal por ello, que infinidad de gente te adore y tener pintas de tener un ataque continuo de hemorroides, pero, al contrario de la mujer protagonista del anuncio, la cual "las sufría en silencio", el portugués no calla ni debajo el agua. Todavía recuerdo la entrevista que le hicieron en un programa de radio a un psicólogo en el que éste explicaba que todos tenemos una personalidad y, al menos tiempo, nos creamos un personaje. En el caso del luso, proseguía que, simplemente, con el paso del tiempo, el personaje se había acabado comiendo a la persona. Tres cuartos de lo mismo podríamos decir de Tomás Roncero, pero ese ya es harina de otro costal.
Pero bueno, en el fondo, la frase del portugués no me sorprende en absoluta. En España nos hemos pasado tres años aguantando sus memeces, desde el famoso papelito con los trece errores arbitrales (en un partido que creo recordar que ganaron. No me imagino qué hubiese hecho si llegan a perder) hasta acusar a UNICEF de las victorias del Barcelona. Estoy seguro que alguna casa de apuestas por internet tiene alguna cuota para ver qué es la siguiente excusa que dirá o cuál será la más repetida. En fin, menos mal que siempre nos quedará su alter ego en Crackovia. Da menos rabia y más risa.
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Publicado el 11 septiembre 2013 por Jordi Martinez AznarTambién podría interesarte :