Sonrió. Podría hacerle un regalazo e invitarla a cenar. Vanessa no se le resistiría. Ya era hora de perder la virginidad.
Revista Talentos
Corrió hasta asegurarse de estar a salvo. Se escondió en un callejón y lo sacó del bolsillo. Era un móvil precioso y carísimo, seguro. El Trueques le pagaría bien.
Sonrió. Podría hacerle un regalazo e invitarla a cenar. Vanessa no se le resistiría. Ya era hora de perder la virginidad.
Sonrió. Podría hacerle un regalazo e invitarla a cenar. Vanessa no se le resistiría. Ya era hora de perder la virginidad.