No soy de engancharme a series porque básicamente siento que podría estar realizando actividades más productivas en lugar de ver decenas de horas de la misma ficción en el ordenador. Sin embargo, este verano tengo algo más de tiempo libre, así que me di de alta en HBO con los siete primeros días gratuitos y eso, aunque al final acabé pagando el mes completo. Mi idea era ver la cuarta temporada de El cuento de la criada y después borrarme, pero antes de hacerlo eché un ojo al catálogo de series y me guardé unas cuantas que me pudieran interesar. Entre ellas la serie Girls, que para quien no la conozca, va de cuatro chicas millenials que luchan por valerse por sí mismas y sobrevivir en Nueva York. Así dicho no parece nada nuevo, sin embargo se tratan temas muy amplios, abiertos y desde muchas perspectivas. Una serie cruda, inocente, visceral y confusa a partes iguales. No sabría definirlo mejor.
El caso es que nunca me había enganchado a una serie de tal forma como a esta. A mi modo de ver, las dos primeras temporadas me parecen sublimes, luego la trama se va enlenteciendo y enmarañando demasiado, o al menos esa ha sido la sensación que me ha provocado. Me he visto las seis temporadas en poco más de una semana, y el final me ha dejado muy descolocada. Nunca en la vida me había pasado tal cosa, e incluso me cuesta reconocer que así ha sido. Aunque realmente ha sido el final de una trama en concreto el que más mella me ha hecho.
Y aquí viene la ALERTA DE SPOILER. La relación entre la protagonista y Adam me ha tocado la fibra sensible (y a quién no). Una relación totalmente atípica, con muchos matices poco comunes, retratada en una serie para grandes masas. Fue lo que más me llamó la atención de la serie. Sin embargo, me ha dado un poco de pena cómo ha tratado el guión a la relación entre ambos y no termino de entender ciertos giros y circunstancias que se dan entre ellos, sobre todo en las últimas temporadas. Quizá porque la serie quiere recordar que los finales felices en la vida real tampoco existen.
De alguna manera, me recuerda al tipo de relación que quise tener en su día con una persona pero no pude. Quizá el personaje de Adam me recuerda a ese chico del que me enamoré muchísimo hace unos años. O al tipo de chico por el que me siento atraída. O a lo mejor al tipo de relación que me habría gustado tener. O a lo mejor simplemente son todo chorradas de mi mente (¿fenómeno fan?). El caso es que cuando Adam y Hannah acaban juntos al final de la primera temporada pensé... Esta chica lo ha conseguido, quiero saber cómo continua esta historia... Quiero saber qué pasará entre ambos.
En la siguiente temporada todo sigue pareciendo más idílico en ese sentido, aunque rompen y luego vuelven... El desarrollo de los inicios de su relación me parece entrañable hasta la médula espinal, también ayuda el hecho de que ambos actores están que se salen en su papel. Lo peor de todo es que el final de su relación en la serie es triste, devastador, injusto... Siendo totalmente honesta con lo que pienso, me da la sensación de que la serie quería salirse tantísimo del estereotipo de final feliz o final de cuento de princesas, que se ha salido, sí, pero de la carretera y estampado contra un poste. Ambos personajes se necesitaban de alguna manera, algo que se ha explorado mucho a lo largo de la serie (si es o no beneficioso el sentimiento de necesidad el uno del otro en una relación), pero es que no solo eso: también se complementaban... ¿Por qué es poco elegante sentir que necesitas a alguien? Que te sientes mejor persona junto a esa persona, que sientes que la conoces de otra vida, y se te hace infinitamente difícil entender la vida sin él/ella. A mi no me parece algo necesariamente malo...
Adam Driver en el papel de Adam Sackler en la serie Girls
Hay como mil idas y venidas entre ambos entre la tercera y sexta temporadas, sin que ninguna acabe de nuevo en relación, aunque la historia lo estuviera pidiendo. Hasta el final se mantiene la pregunta en el aire... ¿volverán? Pero no, enrevesando tanto la trama es muy difícil que la historia de ambos pudiera volverse a encontrar. Para mi no es una cuestión de desmontar el amor romántico, es cuestión de joder el amor en general. ¿O soy yo la única que lo ve así?
En cualquier caso, espero superar pronto esta decepción ficticia y seguir de nuevo con mi vida productiva... De verdad, por esto no veo series.
¡Nos vemos en el próximo té!